Llega el momento de cerrar este experimento del diario veraniego. Mañana empieza agosto y tengo que dedicar las mañanas a otros menesteres. Pero, quizás no sea un cierre definitivo, qui lo sa.
Para despedirme de esta experiencia, he elegido una noticia que escuchaba esta mañana en la radio, mientras paseaba por la orilla del mar, y que me ha dejado "ojiplática". Al parecer, el libro del verano en el Reino Unido de la Gran Bretaña es Las 50 sombras de Grey, no sé si lo conocéis, (¡ejem!). Pues bien, tanta ha sido su fama que los bomberos británicos no paran de "atender" a parejas que ponen en práctica los consejos amatorios de dicho libro, y se pasan el día, alicates en mano, rompiendo las esposas que los enfebrecidos amantes se colocan, en un arrebato de pasión, sin pensar antes dónde dejar las llaves para cuando acabe el "himeneo".
¿Hasta ese punto llega el poder de persuasión de la lectura? Nunca lo hubiera imaginado, la verdad. Había oído hablar de la influencia de los videojuegos, del uso excesivo del móvil, del atontamiento de la televisión, pero de que la lectura de un libro provocase estos arrebatos amatorios, me ha dejado patidifusa. Me da miedo pensar en lo que pueden llegar a hacer los seguidores de Crepúsculo.
Sea como fuere, creo que siempre es bueno que un libro pueda influir de la misma forma que una serie de televisión famosa, una "peli" de éxito o cualquier otra moda. Eso me hace albergar esperanzas de que, con el tiempo, influyan también escritores como Dickens, Galdós, Cervantes, entre otros miles. ¿O es mucho soñar?
No hay comentarios:
Publicar un comentario