Los ajedrecistas de la época de Abderramá III, en esta novela, bien podían haber sido miembros del hampa (no las actuales asociaciones de padres sino el de toda la vida, el de Al Capone), con los líos que se traían con las apuestas. Los baños de Al Mursi eran todo un hervidero de gente que jugaba, apostaba, perdía o ganaba grandes sumas de dinero. En medio de este "selecto" ambiente, el excelente jugador Aiden aparece muerto en medio de un gran charco de sangre. A partir de aquí, todo lo que pueda haber en una auténtica novela negra, estará también en esta: muchos sospechosos, grandes intrigas políticas, envidias, grandes sumas de dinero, cárceles, fugas, espías, vientos de guerra y alianzas entre países, astrología, convivencia, cultura y una de las ciudades más poderosas del mundo en aquellos momentos, Córdoba, ¿cómo no iba a disfrutar con esta novela?
He disfrutado con la intriga; con la descripción de ambientes y costumbres; con los dos personajes principales: el visir Hasdai y el general Ghalib, tan buenos como cualquier gran pareja policíaca; con los detalles históricos muy bien encajados en la trama; con una forma de escribir sencilla y bastante correcta; y con la intriga muy bien repartida a lo largo de toda la novela. Solo se me han hecho algo liosos los saltos en el tiempo, no porque no se puedan seguir fácilmente, sino porque no les he visto un orden lógico; van y vienen a su antojo, pero nada que no se pueda sobrellevar.
La descripción de algunas partidas de ajedrez son de lo más emocionante, aunque, como yo, no tengas ni la más mínima idea de dónde colocar esas famosas piezas de las que todo el mundo habla: la reina, el caballo, el rey o el alfil. La tensión que se vive en ellas, la emoción de las apuestas, los chanchullos, amaños y compra de jugadores bien pueden compararse con combates de boxeo.
No es necesario que te guste la historia, no hace falta que te atraiga la novela negra, este libro está hecho para pasar un buen rato leyéndolo, sin más pretensiones o, al menos, ese ha sido mi caso: un buen compañero de mis viajes en tren, de camino al trabajo.