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domingo, 8 de octubre de 2017

Un cadáver muy frío, de Ana Bolox

Me encanta divertirme con un libro y notar esa sensación de bienestar y esa media sonrisa que te deja en la cara después de cada capítulo. Me gusta coger cariño a los personajes y echarlos de menos al acabar la lectura. Disfruto cuando la historia me deja con ganas de más y con la intriga suficiente por ver qué pasará después. Y todo esto es lo que he encontrado en Un cadáver muy frío, de Ana Bolox, primera entrega de Las cosas y casos de las señora Starling.
   La historia empieza de una forma bastante surrealista: según la señora Lacey, su vecino, el señor Snow, ha sido raptado por una boa y arrastrado a través de las cañerías del edificio. Ante una situación tan "dramática", y siguiendo los consejos de una amiga, nada mejor que pedir ayuda a la señora Starling que, al parecer, tiene una gran experiencia a sus espaldas en "absurdeces" parecidas. Y así, lo que empieza con una historia sin pies ni cabeza, se va complicando y va descubriendo una trama cada vez más peligrosa.
   El torbellino Anna Starling, esposa del embajador británico en Estados Unidos, y el sufrido Arthur Crawford, inspector de policía arrastrado por la primera a lo largo de todo el caso, forman la típica pareja "ni contigo ni sin ti" que te engancha desde la primera página hasta la última. Sus conversaciones son mordaces, divertidas e inteligentes; la atracción entre ellos, evidente; los momentos de peligro, excitantes y de mucha tensión; y la trama, de peso y llena de intriga.
   El resto de personajes que apoyan a los protagonistas no son un simple complemento o un apoyo necesario para que la historia avance; no, también tienen "su corazoncito", algunos más negro que el petróleo, pero todos creíbles y nada planos. Cada uno de ellos cumple con su cometido a la perfección y se van mostrando, poco a poco, a lo largo de la novela. ¿El mejor? Para mí, sin duda, ese marido resignado con las excentricidades de su mujer, Anne, y que parece estar en una "Babia" constante. ¿Lo estará realmente?
   La historia tiene muchos toques de las comedias del Hollywood de los años 50, bien hechas, bien contadas, sin fisuras y con ese encanto de lo que parece ligero pero no lo es. El caso que se investiga parece salido de una novela de Agatha Christie, donde lo más peligro es resvalarse con el borde la moqueta y los crímenes surgen en un ambiente en el que parece impensable que eso ocurra. En este caso, es el "peligroso" mundo de las maquetas de barcos antiguos el que esconde el misterio y está lleno de conjuras por el poder. Sí sí, sonreid, que ya veréis todo lo que puede dar de sí.
   Y no quiero contaros más, porque la gracia está en ir descubriendo cómo van presentándose las sorpresas, en cómo evoluciona la relación amor-odio de los protagonistas o cómo van transformándose algunos personajes. 
   Desgraciadamente, tengo un "pero", y para mí, muy grande: la edición. Me da mucha rabia, y a la vez, mucha pena, encontrar tanta errata en un libro bien escrito, de lenguaje ágil y rico: palabras mal escritas, preposiciones que faltan y otras que sobran, falta de acentos, etc. Puede que lo mío sea deformación profesional, pero es muy molesto encontrar errores continuamente porque creo que es estropear una buenísima novela, como es esta, a la que evidentemente le hubiera venido bien un par de repasos más de corrección. 
A pesar de todo, la recomiendo, y mucho. Porque nada mejor que una buena sonrisa de vez en cuando acompañada de un jugoso asesinato. 

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