Sé que siempre llego tarde a estos descubrimientos. Sé que, cuando todo el mundo ya ha cambiado de tercio, yo estoy sorprendiéndome todavía con este. Sé que muchos de vosotros habéis hecho "correr ríos de tinta" sobre esta novela de Victoria Álvarez. En definitiva, sé que no voy a descubrir nada nuevo y que siempre estoy en la "cola del pelotón".
Pero también sé que no podía dejar de hablaros de esta novela, de todo lo que he disfrutado, de cuánto me ha gustado, de la cantidad de imágenes de las que se ha llenado mi cabeza.
Una muerte anunciada por un espíritu. Una excavación arqueológica en Egipto. Un conversación entre los muros de la universidad de Oxford. No puede haber mejor principio. Después, un misterio sobrenatural que descubrir en un antiguo castillo de Irlanda, un asesinato inexplicable en ese mismo castillo, unos personajes de lo más variado e interesante, y todo con un ritmo de infarto cuando corresponde y una narración tranquila cuando se necesita. Todo aderezado con maravillosas leyendas irlandesas.
¿No creéis que hay novelas que son pura imagen? ¿No tenéis la sensación, con ellas, de estar leyendo cine? ¿No os parece que esta es una de esas novelas?
Yo he "visto" todo el tiempo fotogramas en blanco y negro de profundos acantilados y de castillos que se recortan en un cielo gris y plomizo; imágenes de antiguas bibliotecas atestadas de todo tipo de libros increíbles e iluminadas por lámparas de gas de luz amarillenta. Me he "visto" sentada a una mesa de madera vieja y oscura, rodeada de voces gaélicas y del choque de pintas de cerveza. He "contemplado" las habitaciones sobrias de los colleges de Oxford y he "mirado" desde la ventana de uno de ellas.
Pero también he sentido. He sentido escalofríos, tensión, intriga, emoción, enfado y, sobre todo, diversión. Me he comido las uñas en más de una ocasión, he seguido las pistas que seguían los protagonistas, me he asustado con ellos, y he descubierto cosas con ellos.
Y es que la forma de escribir de Victoria Álvarez me ha parecido tan cercana, tan plástica, tan clara y efectiva, que me resultaba imposible solamente leer la novela y no "verla". Creo que ha sido gracias a su forma tan inteligente de alternar un lenguaje propio de principios del siglo XX con un vocabulario sencillo, pero muy literario: "durante años parecía abrazarse a sus zapatos"...
¿Y sus personajes? ¿No os parecen una excelente recopilación de los mejores personajes de la historia del cine? Un antiguo profesor, atormentado, pero brillante, un Sherlock Holmes interesado por los espíritus. Un canalla encantador y mujeriego, aventurero y muy interesado por el dinero, pero capaz de hacer lo que sea por sus amigos. Un cerebrito responsable que resulta ser un romántico empedernido, una joven etérea y dulce, que parece salida de un poema de Bécquer. Y un amigo fiel, al más puro estilo Watson, vigilando siempre por el bienestar de su colega, aunque, en esta ocasión, clérigo y medium. Simplemente genial.
Ellos solo podían encajar en una excelente ambientación de tabernas irlandesas, paisajes góticos, universidades con solera, cárceles espeluznantes, tribunales de justicia y castillos encantados, rodeados de jardines abandonados y junto a acantilados que se abren a un mar profundo y siempre enfadado.
Es cierto que, en algunas ocasiones, he fruncido el ceño. Es verdad que, algunas veces, he levantado las cejas: ¿De verdad alguien mata por eso? ¿No es demasiado típico perder este objeto como lo ha perdido? ¡Este juicio me recuerda a Testigo de cargo! ¡No! ¿Ella?
Quienes la hayáis leído, creo que me entenderéis, pero si no es así, contadme lo que pensáis. Los que no lo hayáis hecho, no me queda más que animaros a leerla; hacía tanto tiempo que no lo pasaba tan bien. He descubierto una excelente guión de cine. Ojalá, alguien lo descubra también.