La paz era casi absoluta. De vez en cuando llegaba el ruido de las olas que, a esas horas de la tarde, siempre es más fuerte de lo habitual. Con los pies llenos de arena, después de un largo paseo por la orilla, y las manos manchadas de restos de conchas y de más arena aún que los pies, solo quería sentarme y sentir el frescor del aire y el murmullo del mar. Solo así sería capaz de zambullirme completamente en Estambul.
El Mediterráneo tiene la virtud de unir unas ciudades con otras a través del ir y venir de las olas. ¿Por qué esta agua no podía ser la misma que, quién sabe cuándo, había mojado el Cuerno de Oro? Estaba segura de que Orhan Pamuk había mirado las mismas crestas blancas que estaba viendo yo en ese momento y había sentido el mismo aroma del agua llena de vida que recorre la costa "de Algeciras a Estambul" desde el principio de los tiempos; estaba segura.
Ya había conseguido sacudirme la arena y la sal de las manos, ya tenía Estambul fuertemente sujeta entre los dedos, había conectado el modo "sonido ambiente" para acompañar la lectura y había estirado mis piernas cansadas de la caminata, dispuesta a dejarme arrastrar por el paseo del autor por su vieja casa familiar, a pasear con él por los álbumes de fotos familiares y, quizás más adelante, a acercarnos al Bósforo a mirar de cerca ese mar inmenso y ancestral, lleno de culturas diferentes, pero parecidas.
¡Silencio! Al parecer nos hemos quedado solos Pamuk y yo y el Mediterráneo. Si nos disculpáis...
Disculpados. Qué buen sitio para leer a última hora de la tarde o en invierno. Cualquier libro mejora en un lugar así.
ResponderEliminarAbrazos
Y que lo digas; es la mejor reserva que me llevo de cara al laaaaaargo invierno. Abrazos.
Eliminar¡Qué ganitas de estar cerca del mar! Qué descanso y como bien dices, qué paz.
ResponderEliminarBesos!
Qué prontito lo disfrutarás tú también. Cuéntame si sientes lo mismo. Abrazos.
EliminarQué gustazo! En un marco así es fácil perderse en una lectura... 1beso!
ResponderEliminarTotalmente, salvo alguna gaviota chillona o alguna madre histérica, la lectura me había engullido por completo, :D: Abrazos.
EliminarMe encanta leer frente al mar, aunque no lo puedo hacer casi porque aquí lo tenemos un poco lejos. Me has dejado muy intrigada con ese libro, creo que es de los míos, voy a investigar :)
ResponderEliminarBesos
Yo también lo tengo lejos, no creas, pero a veces puedo escaparme, aunque solo sean unos días. Ya me contarás tus investigaciones y yo el resultado de mis lecturas, ;D. Abrazos.
EliminarFeliz lectura y a seguir disfrutando del Mediterráneo.
ResponderEliminarBesos
Gracias, pero ya ha quedado atrás, aunque no se me va del pensamiento, te lo aseguro. Abrazos.
Eliminar¡Cómo me gustan los paseos que me das para leer! Tan relajantes y buenos para el espíritu.
ResponderEliminarGracias por llevarme, así, contigo.
Besucos.
Es un placer que me acompañes. Ya sabes, cuando quieras solo tienes que pedírmelo, :D. Abrazos.
EliminarUn gran libro y un magnífico entorno. Me pirra leer junto al mar
ResponderEliminarBesos
Junto al mar todo sabe mejor, la bebida, la conversación y la lectura, ;D. Abrazos.
EliminarBuena compañia, buena banda sonora, buena lectura (silencio)
ResponderEliminarBesos
Sí, jejeje, todo muy bueno. Abrazos Ana.
EliminarPreciosa entrada y precioso ambiente. Asi seguro que se disfruta mas de un libro.
ResponderEliminarBesos
Tenlo por seguro, es un placer mayor, ^-^. Abrazos
EliminarLa foto invita a la lectura: es relajante a la vez que evocadora. Te copio el sitio. jajaj
ResponderEliminarBesos.
Copia, copia, ya verás como te gusta. Abrazos Lady.
EliminarQué entrada tan sugerente y relajante. Yo tengo la suerte de vivir en el Mediterráneo todo el año, pero quizás por eso mismo no me paro a pensar mucho en lo que tú comentas con tanto acierto. A partir de ahora, cuando vaya paseando por la arena, me acordaré de ti sin duda :) Feliz estancia.
ResponderEliminarGracias Ángeles, y que suerte tienes. Hay pocas cosas que me llenen el alma tanto como mirar al mar. Disfrútalo tú que puedes, ;D. Abrazos.
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