Es verdad, este jardín no es un jardín cualquiera porque este es un jardín de reyes. Por eso, cuando hay sol y son las cuatro y media de la tarde, cuando mi cuerpo ya no puede más con tanto invierno y necesita recargar pilas, agarro el bolso con fuerza, meto dentro un buen libro y me voy al jardín, al jardín de los reyes, a sentirme yo también como una reina.
No es difícil sentirse así después de un largo paseo por calles rectas, elegantes y ordenadas; después de caminar entre árboles diferentes que ya empiezan a echar flor, sobre todo si son almendros; después de escuchar el ruido del río que pasa casi corriendo como si fuese a llegar tarde a Lisboa. Esto no es lo difícil. Lo difícil, ahora, es elegir.
Evidentemente quiero un sitio cómodo, tranquilo e incluso discreto. Hay un gran banco de piedra que lo cumple todo, pero que todavía está frío. Más allá hay otro de madera al que le falta la discreción, pero que está calentito. Si elijo un banco al sol, posiblemente mi frente se quejará después de un par de minutos; si lo elijo a la sombra, serán mis dientes los que protestarán, porque el aire sopla dejando bien claro que todavía estamos en marzo. La sabiduría popular dice que en el equilibrio está la virtud, por tanto, un "solysombra" será perfecto.
Una vez elegido el sitio, no me queda más que sacar mi libro. Se ha venido conmigo Irène Nèmiroski con una historia breve, pero llena de grandes cosas. Por un momento, un pelea de patos en el río me hace distraerme de la lectura (mira que eso es difícil, porque Irène me tiene bien cogida por las manos). Unos niños les están volviendo locos tirando tantas migas a la vez. Sin embargo, después de tanto alboroto, el silencio es casi cósmico y la lectura corre que vuela, tanto que empiezo a sentir el frío de la tarde y a ver mi sombra cambiar de sitio. Miro el reloj y han volado dos horitas de nada, dos horas tan estupendas que, en este momento, entiendo eso de que "el tiempo es oro". Esta tarde de sol, banco y jardín, ha sido de oro.
Vaya blogger se ha comido mi comentario :( Te decía que tienes toda la razón, una tarde de lectura así es tan valiosa como el oro, a mí me encanta y es una de las cosas por las que espero tan ansiosamente la llegada del buen tiempo
ResponderEliminarBesos
Vaya con Blogger. Sí, el sol es vida, al menos en mi casa. ^^. Abrazos.
EliminarA mí también me gusta leer al sol cuando llega el buen tiempo. Es una de las cosas que más echo en falta de ir a la universidad: poder sentarme en un banco del jardín a leer tranquilamente mientras los gatos pasean por allí.
ResponderEliminarBesos:)
Ya llegarán tiempos mejores, seguro, y podrás disfrutar de ese jardín y de los gatos, ;D. Abrazos.
EliminarA mí también me gusta mucho leer al aire libre, pero los ruidos de la calle me suelen distraer. A Irene la tengo pendiente y el turno le va a llegar no tardando mucho. También he elegido una obra corta. Ya te diré si la leo al aire libre o bajo techo jajaj.
ResponderEliminarBesotes.
Jajaja. Da lo mismo el aire o el techado, lo importante es la buena compañía, :D. Qué lo disfrutes. Abrazos.
EliminarLo difícil no será escoger banco sino levantarse y marcharse. Disfrútalo.
ResponderEliminarUn abrazo
Y que lo digas. Si no fuera por el "fresquíviris" aún estaría allí, ;D. Abrazos.
EliminarQué buen lugar y qué bien que nos sacas de paseo. En estos días que parece que el sol está más generoso este tiempo dorado es un auténtico placer. Me ha gustado leerte.
ResponderEliminarUn beso
Gracias Marilú, tu siempre tan amable. Ya sabes, cuando gustes, te "saco" cualquier otro día de paseao, ;D. Abrazos.
EliminarCon este tiempo en el que ya empieza a hacer calorcito si que apetece salir y leer al aire libre, se tiene que estar muy bien! Besos
ResponderEliminarPues sí que estaba bien, sí. Abrazos.
EliminarCon buen tiempo es agradable sentarse a leer por la calle. A mi me gusta leer también a cielo abierto ;)
ResponderEliminarBesos y gracias!
Sobre todo, en buena compañía. El cielo abierto siempre es agradable. Abrazos.
Eliminar¡Qué envidia! Yo hoy sólo he tenido una horita para leer, he trabajado todo el día así que la hora de la comida me he puesto a ello sandwich en mano, podía habérmelo llevado al sol pero la verdad es que ha lucido poco por aquí. Besos-
ResponderEliminarYa lo siento. Pero seguro que dentro de poco podrás leer al solecito tú también, ya lo verás y me lo contarás. Abrazos.
EliminarCómo me gusta leer al aire libre! Me he sentido identificada con tu entrada, aunque hace un par de semanas que no hago lo mismo porque el tiempo por aquí está congelador... 1beso!
ResponderEliminarAnda, anda, no te quejes, que viven en el paraíso, ;D. Ahora estoy encantada con el sol, pero conociendo la primavera loca, propia de esta zona, me espero los fríos en cualquier momento, :(. Abrazos.
EliminarUhmmmmmmmm me gusta leer en los jardines. Cuando viajo a Castellón hay uno que me encanta, hay gente no lo vamos a negar pero se lee de vicio, y además tiene una biblioteca cerca, por aquello de que se te acabe el libro que llevas entre manos.
ResponderEliminarAquí hoy ha llovido, así que el parque tendrá que esperar a ver si mañana quiere lucir el sol
Seguro que, dentro de poco, vuelve a brillar el sol y podrás disfrutar de ese jardín. ¿Con qué libro lo harás? ;D. Abrazos.
Eliminar!Qué ganas de que salga el solecito y llegue el buen tiempo !!!!
ResponderEliminarLos jardines de Aranjuez están llenos de lugares en los que perderse con un buen libro. Qué delicia!. Ya estaba yo pensando ¿y Marisa no le va a dedicar a esta sección del blog, un rinconcito de nuestros jardines???
A mí también me ha gustado siempre mucho leer al aire libre y, en tiempos, hasta estudiar desplegando los apuntes... No me molestan demasiado los ruidos. Dejo que la lectura me absorba y, si me interesa lo que leo, ya puede venirse el cielo encima...
Uhmmm... ya huele a primavera...
ich
Jejeje, sí, es difícil resistirse. Estoy esperando a que florezcan los tilos; eso ya será el Paraiso. :D. Abrazos.
EliminarCon el buen tiempo apetece ya estar fuera de casa incluso para leer.
ResponderEliminarYa lo creo. El buen tiempo y un buen libro pueden ser una combinación mágica. Abrazos.
EliminarEsos momentos son mágicos, yo tengo un balcón mini, muy mini, en casa, pero apto para leer, lo que pasa es que todavía no lo he acomodado. Los sitios al aire libre apetecibles los tengo algo lejos y al final la pereza hace que no vaya, pero desde luego es un lujo hacerlo. Un besote!
ResponderEliminarAy, esos balcones, qué encanto tienen. Y sí, es un lujo tener cerca un sitio al aire libre donde poder leer. Abrazos.
EliminarSegundo intento: blogguer está hoy graciosillo. En fin, que te decía que esos balconcitos tienen mucho encanto, y que sí que es un lujo poder disfrutar de sitios maravillosos donde leer. Abrazos.
EliminarPerfecto lugar el escogido, Marisa, y estupenda lectura seguramente. Sería raro, y una pena, que Irène Nèmiroski te defraudase...
ResponderEliminarBesines,
En absoluto. Lo que llevo junto a ella me tiene encandilada. Abrazos Carmen.
EliminarAlgunas de las lecturas que recuerdo con más cariño son las que he leído al aire libre. Ya hace tiempo que no salgo a leer fuera, pero con tu entrada me has dado ganas de revivir momentos como esos. En instantes así parece que se disfruta más de todo lo bueno que nos puede dar la vida: el sol, la brisa, los niños con sus juegos, un libro...
ResponderEliminarQué bonito Seri. Sí, es verdad, deberíamos disfrutar de esas pequeñas cosas de la vida. Abrazos.
EliminarEsta entrada me ha despertado mucha envidia y algún que otro suspiro. No suelo leer al aire libre salvo cuando estoy en la playa (es decir casi nunca), los parques me quedan lejos de casa :(
ResponderEliminarHazlo más a menudo y luego nos lo cuentas así es cómo si me fuera contigo
Besos
Encantada de que me acompañes, ^^. A partir de ahora, y si el tiempo no lo impide, más de una tarde me escaparé a cualquiera de los jardines a leer un poco entre sombras y tranquilidad. :D. Abrazos.
Eliminar¡Qué bonita entrada, Marisa! Me ha encantado la escena del estanque de los patos y tu búsqueda del rincón perfecto. Y eso del río que va "a llegar tarde a Lisboa" es muy-muy poético y muy bonito.
ResponderEliminarEspero que disfrutes de muchos más ratos de oro como el que relatas.
Saludos.
Gracias Ángeles. Bueno, lo intento. No siempre se puede, pero cuando lo consigo, me sabe a gloria :D. Abrazos.
Eliminar¿¿Estás con El baile?? Me gustó esa lectura mucho. Disfruta de tu sol. Besotes
ResponderEliminarNo es un baile, es un molino, un pequeño pueblo agrícola y una sangre familiar muy "alborotada" ;D. Ya os contaré. Abrazos.
EliminarMmm... me has hecho sentir el aire fresco y el sol, qué gusto, sobre todo hoy que he visto el sol desde la ventana solamente... y con Irene, qué buena elección. Todo un placer.
ResponderEliminarBesos.
Pues sí, fue todo un placer :D. Abrazos.
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