domingo, 19 de diciembre de 2021

Por tierras de Salamanca

Tengo claro que las cosas que me curan el alma están enlazadas y me llevan de una a otra, aunque no siempre sea consciente. La música, la lectura o los viajes son algunas de ellas, y solo a veces me doy cuenta del camino y me dejo llevar. Así ha sido con mi última lectura Por tierras de Portugal y de España, de Miguel de Unamuno.
   Estaba yo feliz de la vida, disfrutando de mi viaje a Salamanca y sacándole el jugo a todo lo que se me ponía por delante, cuando al descorrer la cortina de la habitación me encontré un día gris plomizo acompañado de una cortina de lluvia. Bueno, vale... Era tan sencillo como acomodar los planes al cielo y cambiar un paseo a la deriva a través de los últimos rincones sin descubrir, por algunos museos bien resguardados de la lluvia y no muy alejados del hotel. Así llegué a la Casa Museo de Unamuno.
   Desde que leí Niebla en el instituto y, más tarde, La Tía Tula en la facultad, mi relación con don Miguel había brillado por su ausencia, así que conocer sus "intimidades" me pareció una buena forma de volver a relacionarnos. No sé si conocéis la que fue su casa, pero si no es así, escapaos en cuanto podáis para ir a verla, no solo por la atmósfera que queda de él en sus habitaciones, sino por la pasión que encontraréis en el guía que os llevará de la mano. Qué gustito cuando alguien sabe contagiarnos su admiración por lo que muestra. El caso es que aquellas fotos, retratos, libros, plumas y demás enseres que tocó Unamuno no habían estado entre mis planes de viajera por Salamanca, y si no hubiese sido por el cielo plomizo y la lluvia infatigable y calmosa, posiblemente no habría terminado en esta casa, lo que me desató las ganas de volver a leer a don Miguel.
   

   A la vuelta del viaje, busqué entre esos eternos pendientes que todos tenemos en las estanterías y, ¡bingo!, allí estaba este libro de artículos que Unamuno recopiló allá por 1911 para hablarnos de esas "excursiones" con las que recorría la península. ¿Porqué tenía yo este libro? Ni lo recordaba, pero era evidente que mi viaje lo había colocado en la parrilla de salida de las próximas lecturas. 
   En este libro, a don Miguel se le escapa el ingenio por las manos. Es como si su cabeza no pudiera retener tantas ideas y reflexiones y se agolpasen todas en los dedos a la hora de escribir. No me interpretéis mal, no hay nada atropellado en su escritura, pero sí se agolpan los comentarios sobre este o aquel paisaje o costumbre, que le lleva de un pensamiento a otro como si no pudiera sujetarlos; eso sí, perfectamente argumentado todo y muy bien descrito. Esa seguridad en sus ideas hace que suelte por la pluma toda su sinceridad, sin tapujos, a veces de forma no muy caritativa, aunque siempre educada. En ocasiones, he pensado que debería haberse mordido la lengua, pero después me doy cuenta de que es imposible frenar un torrente. 

   Porque esa ha sido mi sensación durante toda la lectura, la de un torrente que necesita discurrir. No sé si es acertado, teniendo en cuenta que los artículos fueron escritos para diferentes periódicos y, lógicamente, cabe pensar que estaban planeados y meditados. Sin embargo, debe de ser difícil contener el ingenio. Mucho menos filosófico que las novelas que yo recordaba, estos artículos están llenos de ironía, honestidad, confesiones, vitalidad, respeto, pesar, lamentos, enfado..., y una enseñanza que quisiera poner en práctica siempre que pueda:

   "No ha sido en los libros (...) donde he aprendido a querer a mi patria, ha sido recorriéndola, ha sido visitando devotamente sus rincones".

Que las cosas que nos curan el alma sigan enlazándose eternamente.

7 comentarios:

  1. No recuerdo haber leído al autor. Me cuesta decidirme. No sé..., si me animo, te digo.
    Besotes.

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  2. Hola!!! mira que es un dato curioso en la ciudad donde vivo y casi todo el norte argentino a la salamanca la conocemos como un túnel que esta escondido entre las montañas y es donde las brujas hacen su iniciación con una serie de pruebas hasta llegar a su jefe el diablo, por estos lados tenemos muchas leyendas así jajaja. Buenísima entrada y buenísimo blog *-* así que me quedo por tu espacio como tu nueva seguidora <3 por supuesto estas más que invitada a que me visites por mi blog que es http://plegariasenlanoche.blogspot.com/ nos estamos leyendo.

    Un beso enorme desde Plegarias en la Noche.

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  3. Buenas noches, preciosa. ya sabes que te leí esta mañana y que tus palabras me emocionaron. La emoción de visitar los lugares donde vivieron nuestros escritores de culto y donde se fraguaron las obras que adoramos es incomparable. Por otro lado, leer después algún trabajo que nos recuerde esa experiencia es algo incomparable. Ya sabes que no soy lectora habitual de narrativa española, pese a ello respeto muchísimo a Unamuno y algún día volveré a su obra. Por otro lado, yo también me estrené con Niebla cuando estaba en el colegio, me dejó alucinada.

    Un abrazo y gracias por esta preciosa reseña!!

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  4. Hola Marisa es curioso como a veces los libros son los que nos encuentran y a través de ese dia plomizo pudiste hacer el descubrimiento de Don Unamuno.
    También lo tengo en mi lista de relecturas porque desde la época del cole no lo he vuelto a leer.
    Muy buenas fiestas y un beso enorme

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  5. Hola. Reconozco que no he leído nada de este hombre, es mi punto más débil, los clásicos españoles. De Unamuno sé lo básico y lo que contó Amenabar en su película. Pero me encanta visitar casas de escritores, la última fue la de Goethe en Frankfurt aunque sólo vivió en ella unos años.
    Viajes, libros y música son medicinas infalibles y si no curan, al menos alivian.
    Un abrazo

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  6. ¡Me encanta Salamanca! Creo que es una de las ciudades más bonitas del mundo.
    Así como te ocurrió a ti con Unamuno, que el destino te llevó a su antigua casa, a mí me ha ocurrido en dos ocasiones con Machado. No tenía previsto visitarlo, pero cuando estuve en Baeza, muy cerquita de mi hotel había un banco con su escultura y me senté junto a él para hacerme una foto. Después estuve en el aula donde impartía clases en la universidad de este preciosísimo pueblo de Jaén. Y después me pasó algo parecido en Segovia, que un día de lluvia, que me impidió pasear por la ciudad, descubrí que la casa de Machado estaba cerca de mi hotel y allí me fui. Ver sus textos manuscritos, su habitación... es algo recomendable para todo aquel que ame la literatura.

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  7. Quiero pediros perdón por no contestaros uno a uno, como os merecéis. Hace mucho que no me paso por esta casa, pero siempre doy saltos de alegría cuando recibo vuestras visitas.
    Os pido paciencia mientras consigo rehabilitarme por estos mundos. Un abrazo fuerte, fuerte. Y gracias :).

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