domingo, 22 de diciembre de 2019

Te adoro, Javier Reverte

De mayor quiero ser como Javier Reverte. Quiero contagiar como él lo hace cuando escribe. Quiero viajar como él viaja y empaparme de los sitios que visito como él se empapa.

 "Son esos, quizás, los mejores instantes de los viajes, porque no sabes muy bien qué harás ni a dónde irás en las siguientes horas (...). O sea: tienes hondas sensaciones de libertad".

   Así es su libro Corazón de Ulises, pura libertad. Libertad para escribir lo que piensa de lo que ve y de lo que siente. Libertad para opinar sobre lo que pasó y sobre lo que pasa; para comparar, para describir y para sincerarse. Libertad para escribir como un poeta unas veces, y para hacerlo como todo un castizo, otras. Libertad para decidir si se queda, si se va o si cambia su rumbo. 
   Pocas veces me he sentido tan identificada con lo que leía como en este libro. Aquí he visto mi ideal de viaje sobre el papel y muchas de mis sensaciones cuando leo buenos libros; he podido compartir mi pasión por la historia de aquella Grecia antigua que creó el mundo occidental; y he aprendido de todas aquellas personas brillantes que lo hicieron posible.
   Porque, gracias a Javier Reverte, además de visitar el mundo antiguo y literario de Odiseo_Ulises, he conocido a quienes escribieron sobre él. Además de pisar Ítaca, Troya, Creta, Rodas, Esmira, Éfeso, el monte Olimpo, Delfos, Atenas, Esparta, Alejandría y muchos lugares más, he conocido a Henry Miller y Lawrence Durrell, y las andanzas de Cavafis o Lord Byron.

   La pasión que transmite... No, perdón, la pasión que "destila" y hasta rezuma cuando describe los lugares que le emocionan y le zarandean es tan contagiosa, que dan ganas de preparar el petate y salir pitando a coger un barco que nos lleve despacio a través del Egeo. Porque así viaja él, despacio:

"De modo que es preciso reservar tiempo cuando empiezas el camino para poder ceder luego al asalto de los caprichos inopinados, la salsa picante de los viajes".

   Decidir sobre la marcha siempre que sea posible, permanecer en un lugar más de lo previsto solo por placer, improvisar si algo tira de nosotros... O sea, "viajar" en vez de "hacer turismo".  Conocer gente distinta en cada sitio e intercambiar visiones del mundo, poder pisar lugares míticos y sentir que compartes un poco con aquellos que los hicieron posibles, y acompañarte de los libros que se escribieron inspirados por esos mismos lugares y lo que pasó en ellos. Eso es lo que contiene este libro: experiencias personales y datos históricos y literarios de los lugares que habitaron Homero, Jenofantes, Safo, Pericles, Leónidas, Eráclito, Pericles, Aristóteles o Alejandro.
   
No me digáis que no es adictivo; que el mundo no sería un lugar mejor si pudiéramos conocerlo de esta forma. Sí, vale, adoro la Historia y mi amor por este libro se veía venir. ¡Qué sí, que lo sé... haberme licenciado en Antigua me convertía en presa fácil. Bueno... Y qué. Eso no cambia la habilidad del autor para apasionar con las descripciones de los lugares que visita; para combinar con esa maestría sus anécdotas con los hechos históricos que sucedieron allí; para conseguir ese equilibrio entre lo que ve y lo que allí sucedió. Porque, por suerte, es totalmente subjetivo, y vemos lo que él ve y sentimos lo que él siente. Y notamos cuándo se emociona o cuándo se mosquea con lo que ocurrió, y sonreímos con sus toques de humor y su falta de pelos en la lengua, y vemos cómo muestra sin tapujos su admiración por aquellos griegos que:

"... nos enseñaron a reír, a reflexionar y a llorar. La gran hazaña de los griegos fue cincelar el alma del hombre libre, por eso todos somos griegos".


Posdata: ¡Qué gran edición si tuviera buen corrector!

10 comentarios:

  1. ¡Madre mía, qué entusiasmo tocaya! Jejejej... Yo el libro no lo conocía, aunque sí he leído otro de Reverte que me gustó mucho. No sé si este lo leeré porque la trama no me va mucho pero lo tendré muy en cuenta. Besos

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    1. Sí, jijiji, me ha contagiado ;D. Este es el primer libro que leía de él, pero no será el último. Abrazos.

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  2. Muy feliz Navidad y con Buenas lecturas!💚😙

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  3. Lo leí hace años y como a ti me encantó, lastima que no he vuelto a leer ninguno más del autor, ahora que me lo traes al recuerdo intentaré ponerle remedio a eso el año que viene. Besinos.

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    1. Yo también quiero volver a disfrutar de este escritor. Espero hacerlo pronto. Abrazos.

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  4. Parece que te encanta Reverte eh Marisa...jajaja
    Desde luego estoy de acuerdo contigo que cuando lees y te contagian esa pasión es un placer aún mayor y la historia explicada así es fantástica.
    Y me encanta esa frase final del escritor Nos enseñaron a reír, a reflexionar y a llorar. La gran hazaña de los griegos fue cincelar el alma del hombre libre, por eso todos somos griegos".
    Y ¿Qué pasa con la corrección? Desde luego encontrarse con errores dificulta y entorpece la lectura y sobre todo la experiencia lectora-
    Un beso

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    1. Ay, querida Contxita... la corrección ha dejado más de un error sin pulir; a veces, algunos graves. Por suerte, no puedo amargarme esta magnífica lectura. Abrazos.

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  5. ¡Hola!
    Sin duda, consigues transmitir el amor hacia la literatura como Reverte con sus viajes ficticios^^
    Y mira que no me van este tipo de novelas, pero has conseguido que me lo piense.
    ¡Un saludo y feliz año!

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  6. Esta claro que disfrutas mucho con este autor, porque tu reseña te delata. No leí nada de Javier Reverte, por lo que no puedo aportar mi grano de arena sobre las historias que cuenta en sus libros. Leer tu magnífica reseña invita a lanzarse a por este libro del que con tanta pasión nos hablas. Abrazos.

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