Círculo de Lectores ha sido para mí una de esas cosas que consideraba eternas, algo que conozco desde que tengo uso de razón y que sentía permanente. Era como el chupa-chus, las torrijas o el turrón de El Almendro, los compraras o no, estaban siempre a tu alcance.
Cuando leí la noticia de su cierre, pensé inmediatamente en mi madre. Ella fue quien me enseñó a no saber vivir sin leer. Ella es la que ha estado cincuenta y dos años asociada a este círculo. A ella es a quien he visto siempre exprimiendo la revista cada vez que llegaba a casa, primero con el boli en la mano para rellenar esa fichita tan característica; después, cuando ya no podía escribir, hablando directamente con el "Antonio" o la "Almudena" de turno, encargados de hacer los trámites en su nombre, siempre con una sonrisa.
No hace mucho, mi hermana y yo hablábamos de las carencias que estaba teniendo este club, de los impedimentos que estaba encontrando mi madre para hacer sus pedidos, de los que tuve yo misma mientras fui socia. Hablábamos de su necesidad de actualizarse, de la herida "mortal" que suponían las plataformas digitales, de posibles caminos que seguir. Pero nunca habría imaginado que su fin estaba tan cerca.
No tengo información para juzgar los motivos, causas y problemas que han podido provocar este cierre; y tampoco la necesito en este momento. Ahora solo quiero decirle adiós llena de cariño, despedirlo desde mi modesta posición de lectora "acérrima" que ha crecido con sus libros. Porque en las páginas de su revista, escogió mi madre nuestros primeros cuentos. Porque de allí procedía la primera novela que me robó el corazón con tan solo 12 años, una Jane Eyre a la que casi dejé sin hojas de tantas veces como la leí. Porque con ella, mi madre fue formando la biblioteca en la que yo encontraba cualquier libro de los que me pedían en el cole, en la que descubrí a Homero y a Don Quijote, a la Regenta y a Fortunata y Jacinta, donde mi adolescencia romántica devoraba a Becquer y a las Brontë, donde disfruté de Alfanhuí, de El Camino, de La Cartuja de Parma, de La historia Interminable, de ... Imposible, es imposible que os cuente todos los títulos que han pellizcado mi corazón durante todos estos años.
Hola a mi lo que más me recuerda mi infancia y la lectrua era el bus que venía repleto de libros una vez al mes a mi pueblo es verlos y me entra nostalgia. Pues nada solo te queda rebuscar entre los puestitos de segunda mano para reeencontrarte con tu pasado Chao
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EliminarSí, eso haré ;D. Será como un pequeño homenaje. Abrazos.
EliminarFui socio hace muchos años y reuní una biblioteca considerable con títulos y encuadernaciones muy dignas. Ya, sin ser socio, pues no me cabía ni un libro más en las estanterías, adquirí algún volumen más. hace dos semanas sin saber todavía nada del cierre inminente de círculo, encontré por wallapop tres volúmenes que componen una trilogía que andaba buscando hacía tiempo, y como no podía ser de otra forma, eran del círculo de lectores. Creo que de la totalidad de los que tengo, solo he llegado a desprenderme de uno. Y creo que al resto los guardaré como oro en paño.
ResponderEliminarSe ha cerrado el círculo que nos contagió ese virus tan maligno de la lectura.
Ahora los lectores nos hemos quedado un tanto huérfanos.
Un abrazo.
Es verdad, un poco huérfano sí estamos. Pero siempre nos queda el releer los libros que conservamos de esta editorial. Abrazos.
EliminarNosotros fuimos socios una temporada pero la verdad es que la cosa no acabó demasiado bien porque era la época en la que había que comprar siempre. Pero sí, es de esas cosas que uno piensa que siempre van a existir. Yo creo que han intentado adaptarse pero no ha podido ser.
ResponderEliminarUn abrazo
No todo se mantiene eternamente; a veces no es posible adaptarse. Me gusta recordarlo con cariño. Mi madre lo está pasando peor; era su librería de cabecera y tiene la sensación de perder otra cosa más. Estoy buscando una nueva posibilidad para que vuelva a ilusionarse. Abrazos.
EliminarDa mucha penita, pese a que hace años que en mi casa se quitó la suscripción. Como decía antes Norah, era de esas cosas que piensas siempre van a estar ahí, por si quieres volver a ellas.
ResponderEliminarFeliz semana!!
Volveremos, pero de otra forma, por ejemplo, rescatando algún libro suyo en algún mercadillo. Será un bonito recuerdo. Abrazos.
EliminarSí, no hace mucho compré uno de segunda mano :)
EliminarFeliz noche!!
A mí me ha dado muchísima pena también. LLevo 25 años en Círculo e, incluso en épocas de vacas flacas, nunca me planteé borrarme. En fin, una pena tocaya. Besos
ResponderEliminarSí que lo es. Me consuela que todos nosotros estamos formando un nuevo círculo de lectores. Abrazos querida tocaya.
ResponderEliminarA mí no me iba ese sistema de tener que comprar casi por obligación. Iban por mi trabajo porque una compañera era del círculo y siempre me sentía mal al no suscribirme.Pero me hubiera sentido peor haciéndome socia a la fuerza. Un abrazo.
ResponderEliminarYo no he sido socia pero la verdad es que da penita, parecía que siempre estaría ahí.
ResponderEliminarBesos!
Hola, en mi casa también fueron socios durante muchos años, y muchos de los libros que aún encuentro en sus estanterías son del círculo. Una pena.
ResponderEliminarQué bonita entrada, Marisa. Me ha traído recuerdos de mi propia infancia, de mi propia madre con la revista de Círculo, donde yo también encontré muchos de mis primeros libros.
ResponderEliminarUn abrazo.