domingo, 14 de abril de 2013

Luxor, Pauline Gedge y yo


Hace varios días leí en ABC.es la noticia sobre los últimos descubrimientos de unos arqueólogos españoles en Luxor. Este equipo, dirigido por el investigador José Manuel Galán, había descubierto unos enterramientos de la XVII dinastía, hace 3.500 años, nada menos, concretamente los enterramientos de cuatro personajes de la élite del momento.
   Esto despertó el gusanillo de mi pasión por Egipto y me recordó mis años en la facultad de Historia y todo lo que había aprendido y, por desgracia, olvidado sobre este tema. Hasta saqué mis álbumes de fotos de los dos viajes a este país.  



   Así que me faltó tiempo para ponerme a navegar por Internet y buscar información sobre esta campaña arqueológica
Encontré la nota de prensa del CSIC y la apasionante documentación del proyecto Djehuty, que toma su nombre del que fuera el supervisor del Tesoro de la reina Hatshepsut (una de las pocas mujeres que gobernó con los atributos de faraón, durante 22 años, en torno al año 1470 a. C.) y que además era su escriba real. ¡Mira! ¡Qué casualidad! Pensé. Y es que yo estaba leyendo El adivino, un libro de Pauline Gedge, que transcurre aproximadamente en la misma época y que narra la historia de un importante escriba, entorno al 1440 a.C,. envuelto en un halo de misterio y magia, que le convierten en el personaje más poderoso del momento. Estaba encantada, porque estaba disfrutando de lo lindo tanto con todo lo que leía sobre la excavación como con el libro de Pauline Edge.
   Yo puedo ser muy petarda con este tema. La mayoría de las veces pierdo el norte mientras le doy la vara a todo aquel que se cruza en mi camino. Así que pensé descargar toda mi adrenalina con este post para que mi entorno familiar y mis amigos no me hicieran el vacío durante un tiempo. Ya había leído más de un libro de esta autora, precisamente por escribir sobre el antiguo Egipto, y esta novela tenía además unos toques entre misterio y superstición religiosa que me engancharon desde el primer momento.

   Pauline Gedge es una escritora australiana conocida por escribir novela histórica sobre el antiguo Egipto. Una de sus obras más famosa es La Dama del Nilo, sobre la vida de la reina Hasepshut, una de las figuras más apasionantes de esta cultura, así como El Faraón. Bueno, también escribió Stargate que fue llevada al cine y que ha tenido varias secuelas en series de televisión, pero eso prefiero dejarlo a un lado porque todo esto de los extraterrestres que construyen pirámides me pone un poco de los nervios.
   En fin, volviendo a la autora y al libro que tengo entre manos (porque tengo que deciros que aún no lo he terminado), lo que más me gusta es la manera en que plasma la vida en aquella época. Sin dejar de ser rigurosa en los datos históricos (es evidente que está muy bien documentada), consigue presentar unas escenas tan cotidianas que parecen de "antes de ayer". En esta novela, la vida en la escuela de escribas de Heliópolis podría ser la de cualquier colegio británico para niños de buena familia: los matones de turno, los niños de papá, los empollones, etc. O las celebraciones en honor al dios protector de la ciudad, en casa del gobernador, podrían ser las de cualquier alcalde de hoy en la fiesta del patrón de la localidad.
   Esto me hizo recordar unas declaraciones del profesor Galán a El Mundo.es sobre lo que tenemos en común con los antiguos egipcios, mucho más de lo que nos pensamos, como por ejemplo, poner flores en las tumbas o sacar en procesión a los dioses protectores del lugar.
   Solo deciros que sigo enganchadísima a esta novela, porque me recuerda las antiguas novelas históricas, donde lo importante eran los personajes, el momento que les ha tocado vivir y como esto les condicionaba sin remedio, y no las que he leído en los últimos años, que más parecían guiones de cine negro o policíaco situados en el pasado para hacerlo todo más exótico. Llamadme antigua si queréis, pero una buena novela, sea histórica o no, tiene que desarrollar tu imaginación con descripciones de lugares, de sentimientos, de pensamientos. No tiene que ser el guión de una posible "peli" de Hollywood donde todo lo que encuentras es una acción frenética.
   Os lo aconsejo, leed lo que podáis sobre esta noticia; lo que guardan las arenas de Egipto puede ser más apasionante que cualquier ficción que podamos imaginar. ¡Adelante!


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