Decidí acercarme a la Feria del Libro caminando, así que bajé por la calle de Alcalá, desde Goya hasta el Retiro, despacito y por la sombra. Estaba a punto de cruzar la calle, a la altura de la Casa Árabe, cuando se presentaba ante mis ojos el primer aperitivo librero de la tarde: una librería de viejo. El escaparate estaba lleno de libros antiguos, de encuadernaciones con solera e historia propias, con contenidos de otras épocas, y yo no pegaba la nariz contra el cristal por vergüenza, pero me costaba contener el impulso.
Me despegué de allí con pena, pero pensando en todo lo que me esperaba dentro del parque, haciendo una lista mental de las dos o tres casetas que quería visitar sí o sí e imaginándome el resultado final de mi paseo entre los libros. Sin embargo, aún tuve que esperar.
Faltaban tres cuartos de hora para que se abriera de nuevo la Feria. Paseábamos por allí, los impacientes de siempre, los curiosos y algunos deportistas. Mis ganas se consolaban viendo la exposición de fotografías que acompañan cada año el comienzo del recorrido desde la puerta de la calle O'Donnell, mientras los árboles me daban sombra.
Miré el reloj en el último panel y el tiempo seguía alargándose hasta el infinito, como si se empeñara en retrasar mi cita. Así que esperé y esperé delante de un café con hielo en una de las terrazas que dan cobijo a los visitantes, tamborileando de vez en cuando sobre la mesa, consultando las firmas de esa tarde, buscando el número de esas casetas obligadas. De pronto, empezaron a abrir los más madrugadores, los impacientes se acercaban agachando la cabeza por debajo de los cierres y algún "feriante" incluso hacía su primera venta antes de que sonase el pistoletazo de salida.
Y por fin sonó la megafonía y, como pequeñas hormigas que aparecen de repente junto al bocata de tortilla olvidado sobre el césped, los visitantes iban inundando las calles y casetas. Al principio, tan tímidamente, que la Feria parecía desolada, y abandonada. Yo misma me sentía extraña con tanto espacio a mi alrededor, nadie me metía el codo en el costado para ser el primero de la fila y asomarse antes al muestrario de títulos, nadie se chocaba conmigo de frente metido a contracorriente en la avalancha de espectadores. Supuse que serían los 34 grados empeñados en instalarse en el parque, o lo temprano de la tarde, y empecé el recorrido disfrutando de una ocasión que seguramente no volvería a tener en mucho tiempo.
Los primeros títulos se presentaban ante mí mientras se anunciaban las actividades para los más pequeños en el pabellón de Portugal, país invitado en esta ocasión. Un libro en francés aquí, uno de Impedimenta allí, y poco a poco iba llenando los ojos de posibilidades y la bolsa, de libros. Ya llegaba al final del recorrido y en una de las casetas situada a pleno sol, en donde apenas se paraban los paseantes, vi el nombre de un escritor que mi infancia aventurera y soñadora adoraba. Julio Verne volvía a mi encuentro después de muchísimo tiempo, para sorprenderme con una novela que parecía distinta a las que me habían hecho soñar. Así que no pude resistirme a sus encantos y pasó a ser mi última adquisición.
Hoy termina la 76 edición, y como todos los años, se marcha dejándome la sensación de no haber aprovechado lo suficiente todo lo que ofrecía. Como cada año, echo por los aires mi ritual de organización. Como cada año, se me escapan los autores que más me interesan. Como cada año, me siento aturdida ante tanto "dulce" diferente, sin saber cuál elegir o probar. Como cada año, todo pasa muy rápido y vuelvo a hacerme la promesa de organizarme mucho mejor el año que viene. Pero sé, que el año que viene volveré a perderme entre los libros.
Todo un ritual que este año y por desgracia, me he perdido. Me alegro que seas una de las que disfruta perdida entre libros. Te deseo, que el paseo de esta edición de feria, de sus sus frutos en sinopsis.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Francisco, es el mejor deseo: poder plasmar en el blog lo que me han producido esas lecturas. Abrazos.
EliminarSe ha pasado rápido y yo también la acabo con la sensación de no haberla aprovechado lo suficiente, pero es con esto de los libros lo tengo claro: siempre quiero más. Gracias por contarnos tu experiencia. Besos.
ResponderEliminarAy, Manuela, esto de los libros sí que es una droga dura. ;D. Abrazos.
EliminarEste año no he ido a Madrid a la feria del libro. Pero he visitado la de mi ciudad. Me alegro de que hayas encontrado novelas que te hayas atraído, así como espero que las disfrutes al máximo. Un beso.
ResponderEliminarGracias Lady. Espero que hayas disfrutado de tu feria. ¿Ha hecho tanto calor como aquí?
EliminarHola!!
ResponderEliminarYo no he podido ir por las clases, pero el siguiente año espero poder ir.
Un saludo :)
Pues el año que viene la disfrutarás. Suerte en los exámenes.
EliminarMe planteo ir cada año y todavía no he hecho la excursión. Me lo imagino con un sitio en el que no te puedes mover y los autores mediáticos con las colas interminables y más abundantes. Me imagino que es así porque aún no me he animado a ir, supongo.
ResponderEliminarCreo que no he oído nunca hablar de esa novela de Verne, voy a investigar.
Abrazos
Para mí también fue una sorpresa ver esta novela, por eso me tiré de cabeza a por ella. Sobre las colas interminables, todo depende del autor mediático y del día de la semana que, como siempre, suele ser cuando hay más "marabunta". Abrazos.
Eliminarhola1 encantadas con el paseo, todo un inmenso placer, gracias y saludosbuhos.
ResponderEliminarGracias a vosotras. ABrazos.
Eliminarhola1 encantadas con el paseo, todo un inmenso placer, gracias y saludosbuhos.
ResponderEliminarMe encantaría ir. Y algún día lo haré. Seguro que ha sido una tarde miyt agradable.
ResponderEliminarPues ánimo Albanta. Y a ver si nos encontramos. Abrazos.
EliminarOhhh qué recurdos Julio Verne, me ha producido añoranza de esos años en los que todo estaba por hacer.
ResponderEliminarMe ha hecho sonreír la impaciencia, ese estar antes para disfrutar de los descubrimientos sin agobios. Gracias por el paseo y que tengas unas buenas lecturas.
Saludos
GRacias Conxita. Siempre es un placer tenerte por aquí. Abrazos.
EliminarMagnífica experiencia y que envidia! Un beso ;)
ResponderEliminarCualquier paseo entre libros es un gustazo. Abrazos.
EliminarLo hagas como lo hagas, organizada o no, lo importante es acudir. Para mí fue mi primera vez (siempre hay una primera vez para todo) pero la viví con mucho más público y mucho más calor. Me encantó acudir aunque me sentí un poco aturdida jejej. Besos
ResponderEliminarSí, te entiendo, yo también me aturdo. No sé a dónde acudir, en que caseta pararme, qué autores visitar... Por eso, esta visita a una hora tan poco común para mí ha sido una gran sorpresa. Espero que repitas a pesar del calor ;D. Abrazos.
EliminarA mi la fiera me encanta, y me da igual si es la de MAdrid o la de Quintanilla de Onésimo
ResponderEliminarGracias por compartirla
Besos
Ya te digo, cualquier feria en cualquier lugar, si está llena de libros, es mágica. Abrazos.
EliminarNo he ido nunca a la de Madrid, pero la de Sevilla no hay año que no la pise y, claro, me lleve algo :)
ResponderEliminarbsos!
Como debe ser, ;D. Irse de una feria sin nada es de "mala educación" jijijiji. Abrazos.
EliminarEn la fotografía aparece un libro de Pierre Lemaitre. Me han recomendado su novela "Recursos inhumanos". ¿La has leído? ¿Me puedes decir algo del autor? Os admiro a los que vais a ferias con este horroroso calor. Yo no lo aguanto. Un abrazo
ResponderEliminarPues no te puedo decir nada todavía porque es mi primer libro de él, pero en cuanto lo lea, te digo algo. Sobre el calor, es lo que hay... y puestos a elegir, prefiero el calor a no visitarla. Aunque confieso que algunos años he estado más en los chiringuitos que en las casetas, ;D. Abrazos.
EliminarMe encantan tus crónicas. A mí me pasó algo similar cuando fui hace tiempo a la Feria del Libro de Sevilla, pillé el dencanso de la hora de comer y se me hizo muy larga la espera. Me ha encantado la edición de Verne que has pillado, y el de Impedimenta pinta muy bien. Ya nos contarás. Un besazo.
ResponderEliminarYa he empezado el de Verne. El otro tendrá que esperar un poquito más. Abrazos.
EliminarMe ha gustado eso de "Me despegué de allí con pena". Es una frase que dice mucho, y además lo has dicho de una forma muy bonita.
ResponderEliminarEspero que sigas perdiéndote entre libros muchas veces.
Gracias Ángeles; para mí es la mejor forma que tengo de perderme. Abrazos.
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