domingo, 5 de noviembre de 2017

Difícil elección

Me levanté con cuidado para no despertar al pequeño visitante que se había quedado a dormir en mi casa esa noche. Por suerte, el pequeño guerrero "legendario" había tardado en dormirse un pestañear de mis cansados ojos, después de que los dos hubiéramos acompañado a Percy Jackson a recuperar el vellocino de oro que salvaría el campamento de "los mestizos", hijos de dioses y humanos. 
Por algún que otro sobresalto nocturno, imaginé que el "piratilla" había estado luchando en sueños y necesitaría unas horas más de descanso. Así que, en el silencio de la casa, me preparé un tentempié para resistir hasta el desayuno que nos habíamos prometido los dos esa mañana. Entre sorbo y sorbo de café iba terminando el libro que tenía entre manos, con más pena que gloria todo sea dicho, al mismo tiempo que mi memoria hacía un repaso de las posibilidades que tenía para sustituirlo. Pero llegué al final, del café y del libro, y no había conseguido encontrarle sustituto.
Mientras yo buscaba y rebuscaba, mi superhéroe particular se desperezaba y espabilaba recordando las hazañas más emocionantes de su admirado Percy, y tras varios tiras y aflojas, conseguimos los dos estar listos para salir en busca del desayuno dominical, para mí, uno de los mayores placeres de la semana. Compartimos uno especialmente rico.
Cuando llegó el momento de devolver el "duendecillo" a sus legítimos dueños, la falta de compañía y de lectura me empujaron a dar un paseo, aprovechando que la lluvia parecía haberse cansado ya y que el sol estaba en su mejor momento. No hay nada como el aire fresco, el sol en la cara y el ruido del río para poner en marcha los engranajes de la memoria y hacer balance de los títulos que tenía esperando turno. El primero era El niño pájaro, de Juan Manuel Peñate Rodríguez, un libro de relatos entre el suspense, la fantasía y el terror. De él había leído buenas críticas en varios blogs, pero me parecía más adecuado para la lluvia que acababa de marcharse, más propio de una luz grisácea que de un sol luminoso y un cielo azul metálico. Así que pasé a la segunda posibilidad, Azul Vermer, de Mar Melle.
El color del título parecía encajar mejor con lo que me encontraba en el largo paseo. Recordaba las buenas sensaciones que había dejado en más de una compañera bloguera; su buena narrativa, el protagonismo de la pintura, la labor de documentación... Sin embargo, según avanzaba, el azul del cielo quedaba escondido entre miles de tonos amarillos, ocres y marrones. Algo me decía que tampoco era el turno de este libro y que debía seguir indagando en la biblioteca mental. 
Como mi memoria es fotográfica, recordé la portada del libro que se "acumulaba" en la tablet tras este Azul Vermer; era Herbarium. Las flores de Gideon, de Anna Casanovas, que me había llamado la atención por tener como centro de la trama la novela de Charlote Brontë, Jane Eyre. Una portada que prometía misterio y romanticismo y un argumento que contaba con estancias en Oxford, personajes interesantes y viajes al pasado empezaban a situarla como favorita. Además, combinaba bien con esa mezcla de colores y rayos de sol con los que me tropezaba a cada paso.
Sin embargo, no podía olvidarme de las nuevas adquisiciones en papel que acababan de aterrizar sobre la mesa del salón. Una era La tormenta de cristal, de Morgan Rhodes. Venía de Círculo de Lectores, de una de esas revisiones rápidas y urgentes que siempre me toca hacer cuando se me echa el tiempo encima. Lo había elegido porque era de género fantástico y, en aquel momento, el cuerpo me pedía fantasía e imaginación. Esperaría a volver a casa para leer de nuevo la contraportada y decidir sus posibilidades.
La otra adquisición me la traje bajo el brazo después de visitar la Feria de editoriales y librerías de Madrid, que termina justo este fin de semana y que alegraba todavía más la Plaza Mayor. Santiago Posteguillo y Las legiones malditas se habían pegado a mí desde que entré por el Arco de Cuchilleros y me di de narices con la caseta que lo exponía. Bueno, en realidad tuve que sortear primero a algún que otro turista despistado, empeñado en hacer de fotos de la Casa de la Panadería desde el peor ángulo de toda la plaza. Pero nada se puede interponer entre Posteguillo y yo, y menos si me ofrece como protagonista a Publio Corneclio Escipión el Africano. 
Llegaba el final del paseo y el momento de volver, y al llegar a casa, tendría que elegir cuál me acompañaría en mis viajes ferroviarios. Las aventuras vividas con mi pequeño héroe la tarde anterior me animaban a elegir La tormenta de cristal, pero los reflejos y colores que todavía me saltaban en los ojos me empujaban a decidirme por Herbarium. Aún me quedaban unos diez minutos antes de llegar al portal, diez minutos para hacer las últimas cábalas que me ayudaran a decidir mi próxima lectura.

24 comentarios:

  1. Me gustaría ser más metódica en estas cuestiones. Lo mío va un poco a salto de mata. Me voy dejando atrás lecturas que tengo ganas pero no encuentro el momento. Lo has contado muy bien. Difícil elección, dificilísima, a veces. Besos

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    1. Imposible ser metódica, y no sé si me gustaría. El único problema es cuando no sé descifrar de qué tengo ganas. Abrazos.

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  2. Yo a veces lo tengo clarísimo y es un gustazo, pero normalmente no sucede así, soy incapaz de decidirme y en alguna ocasión he pedido que otro tome la decisión por mí :)
    Besos.

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    1. Mira, esa es una buena idea, pedir consejo. La verdad es que, esta vez, me ayudaron las fuentes. Abrazos.

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  3. Yo voy por instinto, le hago caso a mi intuición y a la sensación que me hace escoger el libro. A veces, cuando no la tengo lo que hago es empezar a leer y el que me enganche, ese me llevo.
    Abrazos

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    1. Es la mejor de las sensaciones, el instinto, cuando funciona. Cuando el batacazo es grande, me enfado conmigo misma por haber perdido un tiempo estupendo con él. Pero así es la vida. Lo de empezar a leer, lo hago siempre que acabo de comprar un libro. Abrazos.

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  4. Me encanta lo que cuentas y cómo lo cuentas :) Al final me dejas con curiosidad por tu elección, jeje. Yo no sabría decirte que me hace decidirme por uno u otro pero supongo que depende del momento y lo que me pida el cuerpo :)
    Besos!

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    1. Gracias Alicia, eres un sol. La mayor parte de las veces yo hago como tú, pero a veces tengo el día tontorrón. Abrazos.

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  5. Yo últimamente leo poco. El folletín catalán me absorbe. Ja, ja, ja. Suerte con tu elección. Y me alegro que disfrutaras con al compañía menuda. Un abrazo

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    1. Ah, la compañía menuda es lo que me alegra la vida, ;D. Esa relajación que dejan después de irse me ha ayudado más de una vez a dar un empujoncito a la lectura, no creas que no. Abrazos.

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  6. Magnífico relato sobre tu arco de posibles lecturas, Marisa. Tienes una prosa que atrapa, e invita a seguir leyendo para saber por cuál te decidías finalmente. Pero, ¡ay de mí!, la duda sigue. Habrá que esperar a la próxima entrega para ver por cuál te decidiste. De los títulos que mencionas, El niño pájaro es una lectura muy entretenida. Del resto, pues el sr. Posteguillo es uno de mis eternos autores pendientes. Lo dicho: estaré pendiente de tu decisión final. Abrazos.

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    1. Gracias Francisco, qué amable. Tienes razón "El niño pájaro" es muy interesante, sobre todo, muy original. Pero, no sé porqué, ahora no consigo concentrarme con él. Seguro que más adelante le saco todo el partido. Ya sabes, no siempre los ánimos nos pillan igual. Abrazos.

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  7. Yo voy un poco a lo que encarte, pero nunca se me complica demasiado la decisión, no. Un beso!

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    1. Suerte la tuya. Yo, en general, no suelo tardar mucho en decidirme, pero a veces me atasco de una manera un poco rara. Abrazos.

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  8. Yo voy combinando y últimamente con el ebook tengo un par de novelas empezadas y depende del ánimo voy leyendo.
    ¿Por cuál te decidiste?
    Besos

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    1. Sí, Conxita, el ebook ayuda mucho en estos casos, lo reconozco; puedes ir saltando "de flor en flor" según te pille. ¿Por cual me decido? Ahora mismo os lo digo.

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  9. Finalmente, el afortunado ha sido "Herbarium. Las flores de Gideon", y la culpa fue de la portada, que combinaba perfectamente con los colores y el ambiente de otoño de los jardines.

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  10. hola! me encanta lo que cuentas y como vas hilvanado la historia con un viaje magico! gracias, saludosbuhos.

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  11. ¡Qué entrada tan original! Lo sé, a mi la portada de Herbarium también me enamoró desde que la vi y fue toda una alegría porque el contenido estuvo a la altura, me maravilló la historia y desde entonces no le pierdo la pista a su autora. ¡Espero que lo disfrutes mucho!

    Un abrazo

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    1. Hola Meg. Pues la verdad es que sí, me está gustando la historia y la forma de contarla. A ver qué tal termina. Abrazos.

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  12. Yo me quedo con Posteguillo. Y acércate también a su pasión literaria en sus libros sobre literatura
    Besos

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  13. ¡Me ha encantado! y mira que le das vueltas. Cómo se nota que la próxima lectura no es una elección cualquiera ;-)
    ¡Un saludo!

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  14. Me ha encantado el paseo de domingo, desayunar es un placer y en tan buena compañía, una aventura. Qué difícil es la vida del lector (exagerando) cuando acaba y toca elegir, y qué criterios y fluctuantes somos para tomar esta decisión a veces. Nos dejas con la intriga de quien fue finalmente el escogido, así que espero a que nos invites al té o al café con charla.
    Besos

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