domingo, 22 de mayo de 2016

De Allende a Valle Inclán y viceversa

Esa ha sido mi sensación a lo largo de toda esta lectura: unas veces estaba en el realismo mágico de Allende y otras en el esperpento de Valle Inclán. 
Todo en esta novela me ha parecido desbordante, extremado; nada ha sido comedido, centrado, equilibrado. Los personajes amaban u odiaban con una pasión exagerada; la naturaleza brotaba hasta reventar o palidecía hasta desaparecer; los protagonistas eran inmensamente bellos, enormemente gigantescos, absolutamente grises o tremendamente esperpénticos. El lenguaje tocaba la poesía unas veces y otras era rudo, crudo e incluso ordinario. 
La historia de las mujeres Laguna no ha sido para nada mesurada, marcada siempre por una maldición que les hacía enamorarse hasta la extenuación y sufrir por ello. Los hombres de sus vidas siempre morían o desaparecían y ellas solo daban a luz a niñas, niñas que seguían inexorablemente la tradición familiar. Pero de la misma forma que amaban, odiaban. De la misa manera que se entregaban, se vengaban. Y así, la historia nos cuenta la vida de varias generaciones de mujeres Laguna y de sus hombres, de su amor, de su desengaño, de su odio, de su venganza, siempre al límite; la historia de cómo cada una de ellas se enfrentó a su maldición.
Evidentemente, son las mujeres Laguna las protagonistas absolutas de la novela, excepto en una ocasión que no pienso desvelar. El resto de acompañantes bailan a su ritmo. No digo con esto que sean planos, ni mucho menos; ellos también van acompañados de su propia historia, pero son mejores  y más completos junto a ellas. 

Ellas lo envuelven todo, hasta la naturaleza. A veces, los fenómenos atmosféricos parecen responder a los sentimientos de las Laguna. Las flores estallan a su paso, las tormentas rompen el cielo en sus desgracias, el calor abrasa con sus pasiones, hasta las campanas tañen según su felicidad o su tristeza. Y después, los chismorreos, las supersticiones, los prejuicios de un pueblo que vive a su alrededor rechazando o a los miembros de la familia Laguna según manda la tradición local. Todos estos aspectos llenan la novela de simbología, de plasticidad. Es una historia que se huele y se toca, a veces hasta se mastica.
¿Cómo iba yo ha pasar por este relato tan tranquila? Imposible. Mi lectura ha sido como la historia, exagerada. Comencé disfrutando como un crío con zapatos nuevos con la profusión de colores, olores y sentimientos que se escapaban del amor entre Clara Laguna y su enamorado andaluz. Después pasé a agotarme ante la cantidad de metáforas y figuras retóricas de sus descendientes, hasta el punto de sentirme como si me hubiera zampado una tarta de nata yo solita. Y finalmente, volví a disfrutar con el poder del lenguaje y con la fuerza de sus imágenes, aunque, en ocasiones, algunas de ellas me revolviera el estómago.
Como veis, nada ha sido usual en esta historia y sí extremado. Y precisamente eso es lo que me ha hecho disfrutar de esta historia.

21 comentarios:

  1. Marisa, hoy nos traes uno de mis libros fetiche. Yo caí rendida a los pies de su autora con esta historia en la que lo que más disfruté es el cómo lo cuenta. No voy a negar que una buena metáfora me vuelve loca y que la exuberancia de esta narración me hizo leer y releer más de un párrafo.
    Besos

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    1. La verdad es que no es nada corriente. Y tienes razón, lo mejor de todo es su forma de contar, cómo envuelve la historia con su lenguajes. Abrazos.

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  2. No lo conocía, pero por lo que cuentas no acaba de convencerme.
    Un beso ;)

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    1. Es una forma diferente de contar, Natalia. Ya sabes, todo va en gustos. Abrazos.

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  3. Pues no sé. De esta autora leí Tierra de brumas y por lo que parece ha perdido esa pasión. A ver, lo del empacho de adjetivos, metáforas y la exageración no me apetece mucho, tampoco las imágenes que revuelven las tripas, pero lo demás sí. Me gusta Allende, bueno, la de esa época que te ha recordado esta novela, porque ahora también ha caído en lo correcto.
    No descarto la lectura.
    Besos

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    1. Norah, ese empacho creo que fue falta de costumbre ante las lecturas habituales. Si lees Cien años de soledad o Divinas palabras, te puede asegurar que esto no te sorprende en absoluto. Pero hacía tanto tiempo de aquello que esta, exuberancia me apabulló, pero solo fueron unas páginas, ;D. Abrazos.

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  4. No lo he leído pero no me importaría hacerlo. Qué portada tan colorida!
    Besos!

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    1. Pues así es el contenido: colorido y exuberante. Abrazos

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  5. Lo tenía apuntado ya por Manuela, que me lo ha recomendado mucho. Tu reseña me lo vuelve a traer a la mente y me apetece descubrir a la autora
    Besos

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    1. Pues ya hablaremos cuando lo leas. Tengo curiosidad por saber tu opinión. ;D Abrazos.

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  6. Es una autora de la que no he leído nada pero este libro me apetece desde hace bastante tiempo
    Besos

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  7. He llegado a ti por casualidad, ¿y a qué no sabes lo que estoy leyendo ahora? Sí, sí, "El amante japonés" de Isabel Allende, un prodigio de la agilidad narrativa. Magistral novela, sí señora.

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    1. ¿Y qué tal, Sara? A mí me encantó. Ya me contarás. Abrazos.

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  8. Allende y yo no terminamos de encajar, lástima, porque sé que me pierdo algo estupendo. Quizás no es mi momento
    Besos

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    1. Bueno, al fin y al cabo, no lo ha escrito Allende, aunque a mí me la recuerde. Pero, es cierto, cada cosa tiene su tiempo. ;D. Abrazos.

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  9. Me gustó mucho este libro aunque en algunos momentos me resultó excesidvo.

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    1. Exacto, a veces es excesivo, pero en general lo he disfrutado. Abrazos.

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  10. Me gustó muchísimo esta novela, Marisa, y sí, todo en ella es en plan extremo, jeje, aunque a mí no me sobró nada. Guardo gran recuerdo de esta novela, y en casa tengo pendiente otro de los libros de esta autora.

    bsos!

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  11. Al menos parece una obra original, personal, que es algo que escasea.
    Creo que con el estilo de tu entrada has transmitido algo del estilo del libro, y en eso se distingue una buena reseña.
    Abrazos.

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  12. Comencé la lectura de Tierra de Brumas, por aquello de que, supuestamente, estaba ambientada en Galicia y el realismo mágico que había en ella me atraía, pero su lectura me duró 140 páginas exactamente. Y, por lo que nos cuentas de la novela que reseñas, creo que es una autora con la que no conecto. Besos.

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