domingo, 13 de diciembre de 2015

Compendio

Últimamente mi correo está que echa humo: novedades y más novedades se amontonaban en la bandeja de entrada sin que yo pudiera corresponder como es debido. Así que, decidí inmediatamente hacer una entrada para poner orden y dar a conocer lo que los diferentes autores me habían enviado, con el fin de que yo hiciera de "transmisor". Y aquí estoy, cumpliendo mi cometido. 
   Empecemos, por rigurosos orden de aparición:
  El primero fue Enrique Gallus Jardiel presentándome lo que mejor sabe hacer, una obra cómica, Majaderos ilustres. Biografías cómicas, un libro de parodias sobre varios personajes históricos. 
Aquí os pongo su portada.

   Después llegó Eva María, de parte de la editorial Altea, con el libro Cuatro muertos más para el desierto, del escritor Christopher Pollini. Esta es la sinopsis:
La vida de Tomás Correa como estudiante se ve interrumpida cuando un disparado deja a su padre en coma. Pronto, se verá mezclado en un remolino de traiciones que esconden el autor del disparo y el futuro de su familia al completo. Por otro lado, se nos cuenta como, en 1975, Alberto Correa siente que le ha tocado la lotería: ha robado un bolso con un gran rosario de oro dentro. Con la idea de invertirlo en su futuro acude a Hadi, su mentor, y pone en marcha el primer engranaje de un viaje que lo mezclará con la Marcha Verde y la caída del régimen franquista. Mucho tiempo después, cuando la vida le ha dado un hijo (Tomás) y Alberto piensa en retirarse, vuelven noticias de su pasado con un inquietante asesinato.
   El tercero en llegar fue Felix Ansensio. Según me comentaba en su correo, su novela La clase de las cabras es una novela ágil, de fantasía, "pero básicamente de humor, con muchos toques frikis, de videojuegos, de series (Juego de Tronos) etc.
   Amablemente, ha incluido la dirección de su blog por si necesitamos más información: http://elvuelodelyobirou.blogspot.com.es/p/la-clase-de-las-cabras.html. Por desgracia no he conseguido la portada del libro, pero si entráis en su blog, encontrareis todo lo que necesitéis saber sobre esta novela.
   
Tras él llegaba el correo de Carlos Benítez Mendes sobre su novela Vensicrees, una historia de ficción para todo tipo de lectores y edades, aunque pensada y escrita, sobre todo, para un lector joven adulto o para aquellos adultos que disfruten con historias entretenidas que les hagan preguntarse: ¿¡Podrá ser eso posible algún día!? Esta es la sinopsis: 
Obligada por su madre a abandonar los estudios de Biología para casarse con un joven pastor al que no ama, y amenazada por la antigua tradición del «rapto de la novia», Daya Atsáyev escapa a las cercanas montañas del Cáucaso daguestaní cuando su hermano pequeño la previene del inminente rapto. En ellas deberá tomar una difícil decisión para dar esquinazo a los hermanos Saprykina: o permanecer escondida en la inhóspita cordillera, o adentrarse una vez más en Vensicrees a través del paso de los fresnos gemelos, un estrafalario mundo situado aparentemente en ninguna parte, y en el que sus habitantes, los mure orei, apenas tienen una vaga idea de lo que es el tiempo, hablan en verso, y las cosas aparecen y desaparecen con solo pensarlo.
Esta es la portada y este es su blog: http://elgueldeliterario.blogspot.com.es/.
   
Finalmente, me llegaba el correo de un viejo conocido, Leo Mazzola, que ya en otras ocasiones me ha hecho el favor de contar conmigo para dar a conocer sus libros. En esta ocasión de trata de Atrapada en Venecia, una novela romántica, con intriga, suspense y un gran trabajo de investigación histórica.
Esta es la reseña: 
Después de una dramática ruptura con Raúl, su primer y único amor desde la adolescencia, Lara, una joven de veintitrés años graduada en turismo y cuyo mayor deseo es viajar por el mundo, inicia una nueva vida lejos de su hogar y conoce a Carlos, un artista plástico de carácter bohemio e independiente, surgiendo entre ellos una fuerte atracción. Una serie de circunstancias adversas impiden que esa relación fructifique y se consolide.
Mientras trabaja en un club de alterne conoce a Marcos, un hombre enigmático y con enorme personalidad, doce años mayor que ella, que la seduce irremediablemente. Con él viajará a Venecia y se iniciará en los misterios de la Hermandad de la Luz, una sociedad secreta inspirada en creencias medievales y que practica rituales basados en el tantrismo.
Y... That's all folksCreo que hay mucha variedad para elegir. Qué lo disfrutéis.

domingo, 6 de diciembre de 2015

¡Ay! Doña Ana

¡Ay! Doña Ana María, nos dejó usted bastante solos cuando se marchó, y a mí, en estas últimas semanas, perdida, al no poder terminar su historia. 
   Demonios familiares me ha parecido llena de promesas, con una historia que había cogido fuerza poco a poco y que, de repente, frenó en seco y me dejó llena de dudas, de intrigas. Sí, lleva razón, ha sido culpa mía. Yo ya sabía que a usted no le había dado tiempo a terminar esta novela, pero, no sé dónde, mi subconsciente creyó escuchar que alguien la había terminado por usted. Quizás fueran las ganas de justificar esta lectura lo que me hizo suponer ese final o quizás la necesidad de volver a disfrutar con su escritura. El caso es que me lancé a leer.
   Perdonará mis conclusiones, espero, pero es difícil analizar un libro que no tiene fin, hablar de personajes de quienes no conoces su reacción final. Es complicado compartir las impresiones de una obra que no está completa. Es cierto que, a veces, basta un sorbo de vino para degustarlo, para sacar sus virtudes o defectos, pero es el sorbo final que le damos a la copa, lo que realmente nos permite conocer la nobleza de ese vino o sus pecados; conocer su verdadero carácter, cuando lo puedes sentir en tu estómago y en tu cabeza.

   Yo estaba cogiendo cariño a Magdalena, la criada fiel y soporte de la casa, la que había cuidado tanto de Yago, la sombra fiel y ayuda absoluta del coronel, como de Eva, su hija, a la que este no había sabido querer. Estaba empezando a entender a Eva, a sus lamentos constantes por el tipo de vida que había llevado, a sus intentos de romper con todo, a ciertas actitudes de amargura que más parecían de anciana que de jovencita de dieciséis años. Me había metido de lleno en la historia de quienes les acompañaban, de todos aquellos que trataban de sortear los difíciles años de la guerra civil como podían, como sabían o como les dejaban. Empezaba a averiguar los secretos familiares que surgían poco a poco entre tanto cambio y tanta lucha. Estaba disfrutando de esa forma de escribir tan suya, doña Ana, tan cercana y tan poética a la vez, de esa manera que tenía de hacernos conocer a los personajes casi exclusivamente por sus actos y no simplemente por una descripción suya.
   Y ahí quedó todo, en la última visita de Eva al desván para comprobar como estaba Berni, como se recuperaba de sus heridas; para comprobar también como se comportaba ella misma delante de él. Pero su mano ya se había parado hacía tiempo, el bullicio de ideas de su cabeza se había quedado flotando quién sabe por dónde. No había mucho que hacer, salvo leer las notas de Mari Paz Ortuño y tratar de comprenderla a usted mejor y a sus posibles intenciones con esta novela.
   Menos mal que nos dejó usted el final: un pequeño párrafo que deja a cada uno la posibilidad de imaginar ese hueco blanco entre los recuerdos de Berni y los sentimientos de... ¿Quién? ¿Eva quizás?
¡Ay! Doña Ana María.

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