domingo, 29 de noviembre de 2015

Posibles combinaciones

Es muy curiosa la forma en que la mente asocia las cosas. Puede ser a través de un anuncio publicitario, de una determinada canción en la radio o de una palabra que alguien pronuncia al azar, y sin saber porqué, la mente hilvana imágenes que nos van llevando de unas a otras hasta llegar a una idea que parece haber surgido de repente de la nada. Así fue como surgió esta entrada.
   Primero, me encontré a un chico que iba en el metro escuchando música mientras leía, y tan parecido a Becquer, que era incapaz de dejar de mirarle. De repente, mi cabeza pasó a preguntarse cómo podría concentrarse en la lectura y seguir la música al mismo tiempo, lo que me llevó a una conversación que tuve hace tiempo con un amigo, quien me porfiaba que era imposible hacer las dos cosas a la vez, mientras yo, testaruda, le insistía en que esa incapacidad de combinar acciones era un problema masculino. 
   ¡Qué equivocada estaba! Tiempo después  tuve que tragarme mis palabras cuando, yo misma, comprobé en carne propia que no todas las músicas me dejaban concentrarme, porque me arrastraban a tararear o me emocionaban de tal forma que solo podía escucharlas.
   ¡Por cierto!- me dije- ¡Qué chulas aquellas entradas de Mis momentos musicales, en mis comienzos blogueros, relacionando un sentimiento con una canción. Quizás lo retome.-Y esta palabra, "retomar", me llevó al último enlace, al último recuerdo que empujaría la ficha final del dominó. Otro chispazo que me llevó a recordar una de las entradas de Carmen Forján leída en Facebook sobre su idea de "retomar" una antigua sección: Libros y... A partir de aquí, todo se deslizó rápidamente.
   Y aquí estoy, escribiendo la entrada de hoy sobre los libros y la música, sobre las parejas posibles entre la lectura y el sonido. Y como siempre que se me agolpan los ejemplos en la cabeza, necesito unos minutos para elegir, para seleccionar la mejor opción...      Y elijo el que tengo ahora entre manos, ¿para qué darle más vueltas? Más adelante buscaré antiguos matrimonios.
   Mi pareja de hoy es un libro de Muriel Barbery que la prof de francés nos recomendó como primera lectura de este año. La vie des elfes llevaba ya en el nombre los primeros acordes de una canción de Enya que yo he adorado desde siempre, Only time, y en sus primeras páginas, la descripción de una pequeña que adoraba perderse entre las ramas de los árboles y a la que siempre acompañaba un halo mágico y resplandeciente, lo que no me dejaba pensar en otra melodía que no fuera esta. 


   Me queda mucho por leer aún, pero dudo que pueda encontrar un matrimonio mejor.
Gracias al desconocido doble de Becquer y a Carmen por empujarme a divagar de esta manera.

domingo, 22 de noviembre de 2015

Buscadme a mí también

Hay libros a los que tengo un cariño especial, no porque sean una gran obra de la literatura, sino porque me han hecho disfrutar justo en ese momento en que más lo necesitaba. Son libros que me han entretenido, me han acompañado, me han hecho imaginar, conectar con los protagonistas. Búscame donde nacen los dragos ha sido así y me ha dejado un buen sabor después de abandonar varias lecturas que me encogían el corazón.
   La sinopsis de su contraportada ya me llamaba a gritos desde la mesita camilla del balcón de mis padres. Los primeros párrafos que leí a hurtadillas, mientras preparábamos la mesa para la comida familiar del sábado, ya me decidieron completamente. Emma Lira había escrito una novela sobre mis sueños, ¡qué increíble!
   Marina podía ser yo, perfectamente. Salvando el hecho de que ella huía de una ruptura sentimental (y yo solo huiría, sin más), su decisión de irse lejos, de marcharse a un lugar donde nadie conociera su equipaje de años era casi un calco de lo que tantas veces yo hubiera querido hacer. Ella fue más valiente. Y muy lista: eligió Canarias para romper, para desconectar, para pensar. Yo también lo habría hecho, que conste.
   Marina se marcha a casa de unos viejos amigos, a Tenerife, en un pequeño complejo turístico de cabañas junto al mar en donde, casualmente, encontraron hace años restos guanches: una calavera que dará la vuelta a la vida de nuestra protagonista como si fuera un calcetín. ¡Oh! ¡Qué maravilla! ¡Un yacimiento arqueológico! ¿Qué más podía pedir?. Pues romance, ¡claro!, y misterio, por supuesto, y la historia de unos restos encontrados hace cuarenta y cinco años, que van tomando vida y construyendo una historia que había sido leyenda y que trastoca la de todos los que tienen que ver con ellos.

   La autora usa un lenguaje sencillo, ligero, cercano y muy efectivo para contar los acontecimientos, "el hilo conductor" que llaman. La forma más poética, más rica y más plástica, la reserva para que la protagonista nos hable de sus sentimientos, sus emociones y lo que le ronda por la cabeza y el corazón. Ella será la que nos cuente todo lo que sucede, la que analice lo que pasa, la que nos presente al resto de protagonistas. Además, en su forma de contar no hay esos recursos tan de moda que se cargan la gramática, al contrario, su lenguaje actual es perfectamente compatible con una buena estructura gramatical. La sensación nada más abrir el libro de que me esperaba algo bueno no desapareció en ningún momento. Disfrutar solamente leyendo las primeras líneas, como si se creara un ambiente especial entre la historia y yo, es una de esas cosas que más me gustan de la lectura. Si además continua hasta el final del libro, el disfrute es completo.
   Por eso mismo, aunque el final me ha parecido "pelín" peliculero, de "bombo y platillos", de "barras y estrellas", de ponerse en pie con la mano en el pecho, me ha dado absolutamente igual; he estado tan metida en la historia, tan implicada con los personajes que he sido una más, he viajado como ellos, he investigado como ellos (¡Como no!: restos arqueológicos, antiguas leyendas, Historia con mayúsculas...). Un gozo total.
En resumen, la novela ha sido pura diversión, todo tipo de emociones, disfrutar de principio a fin, uno de esos libros que recuerdas con cariño y que puso tiritas cuando y donde hacían falta. Un libro "curandero", como Tigedit.

domingo, 15 de noviembre de 2015

Cumplir compromisos y pedir perdón

Siempre he sido un desastre organizando mi vida. Sé como gestionar los torbellinos, pero si me sacan de la rutina, así, de repente, me pierdo: se me alteran los biorritmos, se me descolocan los chacras, se me instala en casa el insomnio y ya no doy pie con bola.
   Como resultado de esta catástrofe, había olvidado por completo los correos de tres escritores que, amablemente, me presentaban sus últimos libros; se iban quedando rezagados en el buzón mientras intentaba organizar los desmanes del calendario. Y pasaban los días y pasaban los correos, y estos tres amigos se quedaban en un pequeño rincón.
   Puede que ya sea tarde, aunque nunca lo es para conocer nuevas obras. Sin embargo, aquí los traigo, para intentar paliar un pelín mi descontrol. Ahí van.
Annabel Navarro. Selena.
   Annabel es una autora indie que presentaba su última novela, Selena, el pasado 30 de octubre. Como veis, ha llovido desde entonces.
   Selena es una novela de suspense. Uno de sus protagonistas es Jack Meyer, un agente recién despedido, que solo quiere largarse y poner en orden su vida. Pero la detective Natalie Davis, que sigue al pie del cañón, le pide ayuda para resolver unas muertes que pueden estar relacionadas y que, el inepto de su jefe, no está llevando como debe.
   Una tercera entrega de una serie negra protagonizada por la detective Natalie, la cual se puede leer perfectamente solita si nos pone nerviosos eso de tener delante una trilogía; cada parte es independiente. Así que, ya sabeis lo que hacer si os va el misterio. Podréis encontrar más información en su blog La sonrisa del durmiente.
Carlos Arroyo. Todo está bajo control.
   Carlos y yo ya nos habíamos conocido tiempo atrás cuando me presentó otro libro suyo El adolescente que lloraba con las películas de kárate. En esta ocasión me presentaba una novela corta que había presentado a un concurso literario y que estaba ambientada en un futuro distópico en el que se mezclaban la aventura y el suspense. No pinta mal, ¿verdad?
   El periodista Luis Vallés acude a un centro de salud de Leganés para cubrir un pequeño incidente protagonizado por unos usuarios, pero al llegar, se encuentra con que el ejército impide la entrada y la salida a cualquier persona no autorizada. El motivo, un brote de Ébola detectado en el centro. Luis sospecha que se está ocultando algo. Husmeando por la zona recoge una fotografía que un hombre ha arrojado desde una ventana del centro de salud. En ella hay escrito un nombre y unas fechas. Esa noche el Ejército interviene para evitar una epidemia; el resultado: no hay supervivientes. Y aunque ha sido relevado de la noticia, Luis recuerda la fotografía que encontró y decide seguir esta pista. Sin embargo, correrá peligro de muerte por su sorprendente descubrimiento.
   Durante la investigación, el lector descubrirá la sociedad en la que viven los protagonistas y que no le resultará tan ajena.
Javier Salazar Calle. Utiliza LinkedIn como si fueras un experto.
   Este libro, como veis, no es el tipo de lecturas que os presento en mi blog, pero ya que Javier fue tan amable de dármelo a conocer, que menos que pasaros el testigo. Quién sabe si os puede ayudar.
Libros en castellano sobre LinkedIn hay más; pero este es el primero donde Javier Salazar y Diego Romero explican de forma clara y práctica cada paso y los errores más típicos que se suelen cometer en los diferentes apartados, cubriendo todos los posibles usos que se le puede dar a esta red.
   La forma de buscar empleo ha cambiado de forma drástica. Ahora existen muchas herramientas que permiten explotar internet tanto para quien busca trabajo como para quien busca talento. De entre todas las herramientas ha destacado LinkedIn, la red social profesional con mayor crecimiento de los últimos años y con el futuro más esperanzador.
   Según me cuenta Javier, los autores han intentado explicar, de forma clara, los pasos para crear un perfil en LinkedIn; las herramientas que nos ofrece, los errores que se suelen cometer, etc. 
   Está disponible en Amazon: http://goo.gl/5V6RZD. Y si quereis poneros en contacto con los autores, aquí os dejo algunos de sus perfiles:
   Javier Salazar Calle. Página web: http://www.javiersalazarcalle.com. Diego Romero Sánchez. Facebook: https://www.facebook.com/romero.sanchez.diego.
   
   Y nada más. Solo espero que, aunque tarde, la dicha sea buena. Feliz domingo.

domingo, 1 de noviembre de 2015

Una ración de historia

Nada que me guste más que viajar por el pasado y moverme entre gente de otro siglo. Por eso, cuando se me cruza una novela histórica, la pillo al vuelo y la aprieto fuertemente contra el pecho para empezar el contacto "a lo grande", aunque en esta ocasión tuviera que aferrarme a la tableta; no se puede tener todo.
   Peña Amaya, de Pedro Santamaría, se me sugirió cuando andaba buscando en Amazon algún libro que llevarme a la boca (últimamente, no había forma de dar con "el libro" adecuado) y al leer "novela histórica", "Cantabria" y "Leovigildo" se me hicieron los ojos chirivitas y mi dedo se fue solito al click de "comprar ya". Mis recuerdos universitarios sobre la época visigoda de la península y, especialmente, de la zona norte no eran muchos, así que parecía la novela ideal para ese momento.
   Los cántabros de Peña Amaya se enfrentan, tanto a la invasión de Leovigildo, que lucha por reinar en toda la península, como a los cristianos, que se extienden cada vez más entre la población. Necón y Urbico son los dos hermanos protagonistas que representan estas dos posturas y que se enfrentarán a lo largo de toda la novela: el primero, por mantener sus tradiciones y su independencia; el segundo, por llevar su fe a su pueblo y convencerlos de abandonar la guerra como sistema de vida. Quién vence de los dos, si es que alguno lo hace, es algo que tendréis que descubrir vosotros si os termina atrayendo este libro.
   A mí me ha gustado el lenguaje habitual en estas novelas, que debe darnos la idea de un tiempo pasado, pero entendiéndose como uno de hoy, algo totalmente conseguido. Me han gustado también esas frases "heroicas" dichas en los momentos en los que hay que crear emoción y tensión. Y, por supuesto, esa armonía entre la narración de los acontecimientos y los datos históricos que nos explican las costumbres, los pensamientos y los sentimientos de aquellas personas. Sin embargo, me ha faltado emoción en escenas que deberían haberme dejado pegada al asiento, me ha sobrado algo de maniqueísmo en los personajes y, sobre todo, me han molestado los numerosos errores de corrección con los que me tropezaba una y otra vez... Es tan molesto leer faltas de este tipo.

   He disfrutado bastante con algunos personajes y su lucha entre el mundo que siempre han conocido y aceptado y la nueva filosofía de vida que se les presenta y que tanto les atrae. Y también, con "héroes" de cine de todos los tiempos y "malos" también de cine de los de toda la vida. He aprendido cosas curiosas sobre una zona que conocía menos y he sentido el apego del autor por esta tierra, que siempre me despierta ternura. Pero también he sentido falta de garra en la narración de las batallas y un posicionamiento claro del escritor por una de las partes. Me he encontrado con un lenguaje hermoso y poético en la descripción de paisajes y bastante tópico en la narración de determinadas escenas. Me he entretenido y disfrutado con la historia, pero en ocasiones, me ha resultado predecible. Me ha gustado recordar momentos estudiados, pero me ha faltado una visión más precisa de lo que supusieron esos siglos en la península.
   A pesar de todo y, al mismo tiempo, gracias a esto, he tenido entre mis manos durante un tiempo, una historia entretenida y agradable; bien escrita, en general, aunque con una mala labor de edición (¿por qué se piensa que para una versión electrónica todo vale?); unos personajes interesantes y atractivos, a pesar de que, a veces, fueron un poco tópicos; y una buena e interesante historia que me salvó de unos días de indecisión y de intentos fallidos por encontrar una lectura en condiciones.
   ¡Ah! Me olvidaba: genial la figura del cronista de guerra que nos cuenta el punto de vista de los conquistadores. A través de sus escritos se ve cómo todos piensan estar en posesión de la verdad, da igual el bando. Algo que parece no cambiar con el tiempo.
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