domingo, 18 de octubre de 2015

Y de nuevo se abrió el telón

Teatro de la Comedia de Madrid. 2008
Yo que he vivido en mis propias carnes como se cerraba un teatro durante veinticinco años, yo que he llorado a lágrima viva con Cinema Paradiso al ver en la pantalla lo que yo veía cada vez que pasaba por delante de su fachada, yo que reviví ese nudo en el estómago y esa presión en la garganta cuando vi como se repetía la historia con el pequeño teatro de la calle del Príncipe de Madrid, he visto con una sonrisa nerviosa y una expresión un poco boba como el Teatro de la Comedia de Madrid abría de nuevo sus puertas, unas puertas que yo había cruzado menos veces de las que me hubiera gustado cruzar. 
   Después de catorce años de silencio, uno de los teatros más míticos de la capital volverá a "hablar". Y lo hará nada más y nada menos que con don Calderón. Su "Alcalde" se subirá de nuevo a ese escenario, renovado en sus tablas, que no en su espíritu, porque es imposible borrar el alma de los que pasaron por él.
   La directora de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, Helena Pimienta, ha hablado del  "valor sentimental" de este teatro para los actores y de que "aunque la vocación de los actores les lleva a actuar en cualquier lugar, este es un espacio mágico para los artistas". Y no me extraña, si lo es también para mí, una humilde espectadora.
   Todavía recuerdo la primera vez que entré en medio de una luz tenue y cobriza, apagada por unas cortinas de terciopelo rojo que parecían pesar "siglos" y que habían apartado miles de espectadores antes que yo. Recuerdo la sensación de estar en otro tiempo y en otro lugar, como si el tráfico y el ruido de la Plaza de Sevilla y su vecina Alcalá se hubieran esfumado de repente. Los candelabros dorados en las paredes, los espejos picados por el tiempo, los carteles de antiguas maravillosas obras, los nombres de los más grandes escritores y actores me invitaban a formar parte de una historia muy especial, la de un teatro inaugurado en 1875 para disfrutar de todo lo grande que tiene nuestra literatura. Y aunque la entrada no era del todo asequible para quien fuera un estudiante de universidad, ya sabéis lo que dice Mastercard: "no tenía precio".
El teatro tras la renovación
   Solo espero volver a sentir aquella emoción que me hacía coger el aire muy despacio, como si se acabara. Ojalá pueda apartar pronto unas cortinas como aquellas que alargaban el tiempo hasta el patio de butacas, para saborear el momento de llegar a mi asiento. Y ojalá, Carmelo Gómez y El alcalde de Zalamea, me hagan contener la respiración al escuchar:

Que soy noble por cinco o seis mil reales; y esto es dinero y no es honra; que honra no la compra nadie.” Porque...
"(...) Al rey la hacienda y la vida se ha de dar, pero el honor es patrimonio del alma, y el alma solo es de Dios
".

El alcalde de Zalamea. Don Pedro Calderón de la Barca.
Teatro de la Comedia: http://teatroclasico.mcu.es/la-comp/teatro-de-la-comedia/

15 comentarios:

  1. Espero que te inundes de esos sentimientos que tanto añoras.

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  2. Una gran noticia la que traes. Un teatro con tanto cuajo como las obras representadas en él.
    ¡Ojalá! su telón nunca vuelva a bajar para no levantarse.
    Saludos

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  3. Qué emoción, ¿verdad? Pues disfrútala muchísimo, seguro que aunque no sea perfecta será especial por el hecho de volver.
    Abrazos

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    1. Sí fue emocionante entonces, y espero que lo sea también ahora. Abrazos.

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  4. Te felicito por la buena nueva, que te veo contenta y emocionada, y te felicito también por tu texto.
    Que disfrutes!

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  5. Impresionante el teatro reformado. Es para dar botes de alegría, disfrútalo mucho!
    Besos

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    1. Ya te digo; estas cosas no se ven todos los días. Abrazos.

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  6. Qué ilusión, me alegro muchísimo! Un teatro, un cine o cualquier edificio cultural restaurado y reabierto al público son sinónimo de alegría... Espero que disfrutes mucho de las obras que allí se representen, 1beso!

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  7. Una muy buena noticia, Marisa, ya lo creo. Últimamente la cosa cultural está pasando una muy mala racha y cada vez que uno lee o escucha que cierra un cine, un teatro o una librería, se le cae el alma a los piés. Pues, nada, a disfrutar de El alcalde de Zalamea. Una magnífica obra del genial Calderón de la Barca para la reinauguración de este espacio cultural. Espero que haya más noticias como esta. Un abrazo.

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  8. Cielos, es magnífico, Marisa. Se cierran tantos locales en los que se hace arte últimamente que el hecho de que se abra o reabra uno siempre es motivo de alegría y de emoción.

    Un abrazo

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  9. Pues una noticia maravillosa. Desde luego es raro que eso ocurre porque cuando algo cultural se cierra, lamentablemente es para siempre. Ahora a disfrutar del teatro, algo que me encanta. Besos.

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  10. La verdad es que estos teatros clásicos tienen mucho encanto, pero para ver bien una obra y que no te molesten las cabezas los prefiero más en rampa, como algunos modernos. Así era el Teatro Madrid, cerca de la Vaguada que está ahora totalmente abandonado. Tenía una visibilidad perfecta. Que disfrutes de la obra.

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