domingo, 4 de octubre de 2015

Las circunstancias

Eso es lo que somos, según Ortega, nosotros y nuestras circunstancias. Las mías llevan organizándome la vida ya un tiempo y dejándome a mí muy poco para hacer todo lo que quiero. Pero así son ellas, marimandonas y poderosas. Sin embargo, de vez en cuando, se les escapa algún momento del día y yo lo aprovecho para "deambular" por donde primero me pilla: por el blog, por los vuestros, por la red... Y entonces me doy cuenta de cómo han ido cambiando mis objetivos, mis planes o mis sueños. No me entendáis mal, estoy encantada con estas circunstancias mías que ahora me dominan (las he tenido mucho peores), es solo que no se parecen en nada a lo que imaginaba conseguir. Pero así son ellas, independientes.
   Ahora, en uno de esos momentos de relajación, me he paseado tranquilamente por el blog y he repasado todo lo que he ido haciendo en estos dos años y medio y todo lo que he perdido en ese tiempo. Ya no hay esas escapadas a las exposiciones y he abandonado la idea de viajar por una ciudad mediante una novela. Mis paseos por las bibliotecas del mundo se han quedado encerrados en una pequeña sección del blog y la música ya no acompaña mis recuerdos. Ya no consigo organizarme para compartir retos con vosotros y, ni siquiera consigo hacerlo para los sorteos. Y esa idea mía de aprender todo sobre nuestro maravilloso idioma a través de los errores que cometo y veo se quedó en una entrada de marzo de este año. Tampoco puedo probar nuevos sitios en donde leer.
   Con todo y con eso, yo lucho, no creáis, como gato panza arriba para rascar momentos perdidos y tratar de plantar cara a esas circunstancias que me dominan. Aunque, ¡pobres!, no es que ellas tengan tampoco muchas posibilidades; en cualquier momento dan un cambio y son otras diferentes a las que eran.   

   Siempre que llega el otoño siento la necesidad de hacer recuento. Para mí, el año empieza ahora, porque dejo atrás los días sin reloj, las tardes "casi" perdidas o los planes imprevistos que te asaltan cuando menos te lo esperas. Todo vuelve al corsé de la rutina y hasta los días se hacen más pequeños, y yo me pongo melancólica y miro hacia atrás y comparo con lo que tengo y hago nuevos planes que posiblemente no cumpliré y lleno cientos de hojas de libretas con listas sobre lo que debería hacer y otras tantas con lo que no me queda más remedio que hacer. 
   Y en medio de todo esto, me doy cuenta de lo poco que estoy leyendo, de mi ritmo lento y de mi desorden de lecturas. De mis elecciones basadas en ese peligroso "esto mismo" o en ese otro de "a ver que hay por aquí", que termina llevándome al primero. Un desbarajuste de lecturas que, salvo honrosas excepciones, están elegidas sin pensar. 
   En mi lista de buenos propósitos he apuntado en primer lugar no dejarme llevar por "lo primero que pille", sino pensar en "qué me apetece ahora" o en "necesito leer a...". En segundo lugar, espero poder plantar cara a mis circunstancias y retomar alguna de esas antiguas costumbres que han ido llenando este blog. 
   Si alguno de vosotros sabe cómo conseguirlo, aquí estoy con las orejas de par en par para oír vuestros consejos.

19 comentarios:

  1. La vida es caprichosa. Años me he pasado sin hacer planes para centrarme en un objetivo que no salía, y ahora que me he llenado de actividades dejando ese objetivo a un lado, me sale otro muy similar y tengo que abandonar todos esos nuevos planes. Parece que es cierto que el destino es juguetón y el tiempo es su cómplice. Yo también tengo poco tiempo para leer, para sentarme en un banco del parque como solía hacer y sumergirme en nuevos mundos, pero no pienso dejarlo todo en mano de dos seres caprichosos. Nosotros también tenemos algo que decir ante ellos, y sea como sea, mandamos sobre nuestras acciones. Si hay que arañar horas al reloj, se arañan, pero siempre pendientes del presente, que es lo único que existe. Lo que deberé hacer no cuenta para mí ahora, sino sólo lo que hago. Así no me pierdo nada del día.
    Cada uno conoce sus circunstancias mejor que nadie, pero pienso que si lo hacemos así, al mirar atrás diremos: la vida me dio lo que quiso, pero yo también le di lo que quise empleando a mi manera lo que tenía en ese momento.
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sabias palabras. Y más sabio, intentar cumplirlas. ;D. Abrazos.

      Eliminar
  2. Quién pudiera, hacer lo que se propone sin desviarse del camino. Al final la cosa es luchar y a veces llevarse gratas sorpresas, que también. Lo importante creo son las ganas de seguir con el blog o lo que pinte y no martirizarte con los recuentos.
    Abrazos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues llevas mucha razón, pero mis neuras son las que son y con ellas debo vivir. Abrazos.

      Eliminar
  3. A mi las circunstancias también me llevan a no hacer todo lo que había planeado a largo plazo. Al blog no puedo dedicarle más por el momento (trabajo, estudios y el peque se llevan todo mi tiempo), pero poquito a poco ahí sigo, cuando se pueda y ya.
    Muchos besos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y en ello estamos, Alicia, en seguir poquito a poco, ;D. Abrazos.

      Eliminar
  4. Pues estamos en circunstancias similares, me temo! A mí también me hubiera gustado que mis circunstancias fueran otras y tener más tiempo para el blog, para esas secciones que tengo en mente y no termino de arrancar o aquellas que una vez hice y quedaron a la mitad... Supongo que hay que ser un poco junco y dejarse llevar por lo que sople el viento... 1beso!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, hay que tratar de hacer lo que se pueda. Pero nadie me quita el darle vueltas a las cosas. Eso también es parte de este blog ;D. Abrazos.

      Eliminar
  5. Marisa, me temo que en esto no te puedo aconsejar. Lo cierto es que creo que no soy buena para los consejos en nada, pero en este tema en concreto menos que en nada. Si encuentras la fórmula compártela, por favor.
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajajaja, ojalá la encontrara, Manuela. Me da en la nariz que lo mejor es no buscarla y hacer lo que se pueda. Abrazos.

      Eliminar
  6. Hacer lo que puedas en el momento en que puedas y disfrutar de ello.
    no hay ecuación ni formula para conseguir un orden y un control absoluto sobre las circunstancias.
    Besos

    ResponderEliminar
  7. Yo pienso que hay que dejarse llevar por esas circunstancias. La vida cambia y nos va cambiando.

    ResponderEliminar
  8. Las circunstancia mandan. Que manden poco es lo que intento. En cuanto a libros. Nunca sé qué libro voy a leer cuando termino uno. Tengo muchas opciones, muchos libros sin leer en casa y una maravillosa biblioteca pública enfrente de mi casa. Pero suelo tener claro qué tipo de libros y lecturas quiero. No suelo dejarme llevar por las oleadas de críticas (buenas) por los blogs hacia un libro, me fio de la intuición (que no siempre acierta, es verdad), pero sobre todo me fio de lo que necesito/quiero leer en cada momento y de que el libro me elija a mí en lugar de yo a él. No evito libros que duelan. Porque he aprendido que esos libros me enseñan mucho.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  9. El único consejo que me atrevo a darte es que en cuanto a lecturas -y todo lo demás, en realidad-, trates de decidir guiándote principalmente por lo que te apetece. Esto no significa ser descortés ni desatender obligaciones, pero tenemos que procurar no dejarnos coaccionar mucho por determinadas circunstancias, personas o incluso por obligaciones autoimpuestas (como dijo Stevenson).
    Fíjate qué filosófica me he puesto, pero es que me ha inspirado tu bonita y otoñal entrada :)
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  10. ¡Uy!, esa montaña rusa que es la vida, ¿no? Qué te voy a decir, pues nada, que creo que todos andamos aprendiendo sobre la marcha. Pasamos por muchos ciclos, ¿verdad? A veces los propiciamos nosotros y a veces son causa de quienes nos rodean. Por cierto, mi año empieza siempre con el otoño. Te entiendo.

    bsos!

    ResponderEliminar
  11. Yo soy una adoradora de las listas. Hago listas para todo y calendarios minuciosos, aunque después me dejo llevar "un poco" por la vida y los impulsos. Pero soy infinitamente más feliz cuando cumplo mi plan trazado. ¿Remedios para esos vaivenes? Paciencia y una sonrisa.
    Besines

    ResponderEliminar
  12. ¡Cómo e comprendo, querida mía! No imaginas cómo y cuánto. Pero a veces esas circunstancias más poderosas que nosotros recorren caminos sinuosos para llegar a lugares especiales, quién sabe. La vida es como un columpio del que no podemos bajar (y será mejor aguantar ahí arriba, balanceándonos, lo mejor que podamos). Tomemos impulso para hacerlo con fuerza y alto, muy alto, para que las vistas sean amplias.

    Las circunstancias... veremos qué nos deparan. A mí me tienen algo loca (vaaale, es mi estado natural), pero al final siempre me van dejando caer por buenos sitios. Como este.

    Besucos :)

    ResponderEliminar
  13. Qué entrada tan personal. He disfrutado leyéndola. Me siento identificada con lo de las listas. Yo también a veces me agobio tontamente porque me genero obligaciones donde solo debería haber disfrute. El blog, la lectura, deben ser secundarios ante el reto de, simplemente, vivir y disfrutar sin relojes. Pero, lo dicho... "consejos vendo, que para mi no tengo" Un abrazo y a disfrutar del otoño sin nostalgias.

    ResponderEliminar
  14. Marisa ¡cómo he disfrutado con tu entrada y cómo te comprendo! A mi me pasa como a ti; siento que el año empieza verdaderamente en otoño y es en esta época del año cuando me gusta hacer balance y elaborar mil proyectos. Algunos son más descabellados que otros, pero todos me resultan igual de emocionantes: aprender un nuevo idioma, salir a correr con asiduidad, cumplir con nuevas listas de lecturas, aprender a cocinar de una vez por todas...y, al final, pasa lo que pasa; las circunstancias y otros compromisos terminan por imponerse y los proyectos, lejos de realizarse, quedan en eso, en ilusiones que han de posponerse. Pero, sabes, lo bonito es no dejar nunca de ponerse metas, de trazar nuevos proyectos. Intenta sacar partido de todos esos momentitos que puedes robarle a las obligaciones y haz lo que realmente te apetezca. Busca bien en tus estanterías, sin prisa, y coge ese libro que siempre quisiste leer y has ido posponiendo. O mejor aún coge ESE libro que te hizo amar la lectura, ese que te inspiró por completo. Mis libros favoritos siempre me dan fuerzas y ganas de comerme el mundo.
    Mi bote salvavidas es Jane Eyre. Coge el tuyo…y vuela alto y con fuerzas Marisa.
    Un abrazo :)

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...