domingo, 12 de julio de 2015

Sorpresas te da la vida

No me fío demasiado de los famosos que escriben novelas, aunque sean periodistas con un trabajo detrás que les avala. No es justo, lo sé, pero mis experiencias me apoyaban. Hasta ahora. No me importa equivocarme cuando me encuentro con un buen libro. No me importa en absoluto si he disfrutado con el argumento, con su forma original de plantearlo, con las diferentes historias que encierra o con sus personajes, sobre todo si me los creo.
   Así ha sido como Carlos del Amor me ha sorprendido, para bien, con su novela El año sin verano. Alguna cosilla por ahí se le queda sin rematar, algún hilván me ha parecido un pelín fantasioso, pero, en general, me he paseado muy a gusto por ese edificio de siete pisos fisgando en la vida de sus inquilinos y, de paso, en la del propio autor. Gracias a su vena cotilla (¿o a su deformación profesional?) nos colamos en las casas de varios vecinos del edificio y recorremos sus vidas, entre las pistas dadas por lo que allí se encierra y la imaginación del autor que va rellenando los huecos que quedaban vacíos.
   El narrador se encuentra con la tentación de un manojo de llaves que abre todas las casas del edificio y un mes de agosto que le deja las casas vacías para que no pueda resistirse a esa vena voyeur que todos tenemos.
   Así va completando no solo los huecos de los vecinos "fisgados" sino también de sus "circunstancias", que diría Ortega, de todo lo que les rodea y todo lo que les ha llevado hasta donde están, de sus familias, de sus sueños, de su futuro. Cada personaje está envuelto en un historia propia que, en sí misma, podría ser otra novela. De ahí que sea imposible aburrirse con lo que se cuenta, aunque haya alguna bajada de ritmo, muy leve, en la narración, aunque más parece que el autor tenía sueño después de tanto deambular por las casas de otros, y hubiera dado una cabezada sobre el borrador de la novela.

   Simón y Ana son quienes más le atraen, le impactan. Quizás por lo que parece una historia de amor de esas eternas, o  por que él fue periodista, o por ser la primera intimidad invadida. Por eso, quizás, se convierte en ese hilván que sujeta a las demás: a un cartero que se siente justiciero en causas ajenas, a una portera que hace honor a su profesión, a una madre con el coraje de siete, a un matrimonio donde la mujer podría llamarse perfectamente Olvido o al relaciones públicas nocturno, tercero en discordia. Y entre medias, cruzándose como por descuido, un inspector de policía y un barrendero, tan bien perfilados que, aunque secundarios, tienen su propio peso.
   Son historias de amor, todas y cada una de ellas. Son diferentes historias de amor, con sus propios matices, algunas demoledoras, con traiciones, con investigaciones policiales, con recuerdos familiares, con muestras a lo largo de los años, con resignación y sacrificios, pero de amor al fin y al cabo. Y las soportamos todas porque no hay ñoñería, porque el lenguaje es sencillo, cercano, periodístico a veces, pero sincero; porque los que huyen del "te amo, te quiero" no se sienten atacados por subidas de azúcar, sino por profundos sentimientos, tan humanos y reales, que seguro que reconocen más de uno como propio.
   Sí, me había equivocado. Pero me gusta equivocarme si, cuando  me equivoco, disfruto y encuentro una nueva posibilidad de que pueda volver a disfrutar más adelante.

28 comentarios:

  1. Este lo he visto en las librerías y me ha llamado la atención, pero como tenía tantos pendientes, no me lo apunté. Si te ha sorprendido para bien, le haré un huequecito. Es bueno eso de encontrarse historias de amor que no necesariamente tengan que ser ñoñas.
    Un abrazo.

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    1. Sí, Seri, me ha sorprendido.No ha sido la lectura del año, pero ha sido muy, muy agradable. Abrazos.

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  2. Este lo tengo anotado por otras reseñas que he leído, al principio no me llamaba especialmente pero poco a poco me he ido animando, a ver si puedo hacerme con él
    Besos

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    1. A mí tampoco, Tatty. Si te soy sincera, lo elegí en un montón desesperado en que necesitaba leer algo y no tenía nada cerca. Eché mano de internet y, voilá, ahí estaba ^_^. Abrazos.

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  3. Me pasa con los premio Planeta, Nobel etc, que no me gustan. He tenido ya varios chascos. No obstante me fiaré de tu palabra y le daré una oportunidad, porque reconozco que ya me había fijado en él. Un beso.

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    1. Sí, a mí también me pasa, por eso las sorpresas, en estos casos, son tan agradables, ¿no crees? ;D. Abrazos.

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  4. Yo también era muy de prejuicios hasta que me los he tenido que comer! De este autor tengo pendiente el anterior que será con el que me estrene
    Besos

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    1. Jajaja, sí, a veces hay que comer de todo. Ya me contarás qué tal ese estreno ;D. Abrazos.

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  5. Gracias por la recomendación. A mi me pasa a veces como a ti pero está bien que en ocasiones nos equivoquemos y descubramos buenos libros como ha sido tu caso con este.
    Besos!

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    1. Sí, está muy bien equivocarse así, jejeje. Abrazos.

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  6. La verdad es que ya he leído varias reseñas positivas, así que me lo voy a llevar anotado.
    Enhorabuena por arriesgarte a equivocarte ;))
    Besos

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    1. Gracias, Cristina. Estas sorpresas son las que animan a arriesgarse... ;D. Abrazos.

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  7. Yo no me fío ni un pelo tampoco de estos autores, pero como una no es infalible ahí vino Carlos del Amor con esta novela a demostrarme que a veces tenemos que superar nuestros prejuicios y lanzarnos.
    Besos.

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    1. Efectivamente, hay que lanzarse, siempre que haya algún tipo de red debajo, o de reseñas más o menos positivas, ¿no? ;D. Abrazos.

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  8. Hola. Tengo un libro pendiente de este autor, La vida a veces. Si me gusta, le daré una oportunidad a éste. Un beso.

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    1. Ánimo. Yo puede que me anime con ese también, después de esta aventura. Abrazos.

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  9. Lo estuve ojeando hace un un tiempo, me dejó con la curiosidad y ahora, después de tu reseña, lo dejo en la despensa de los libros que no descarto... pero, ya sabes, ¡el tiempo, ese infame enemigo que nos acosa sin piedad!
    Besucos.

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    1. Ya te digo, el tiempo es implacable. Bueno, ahí lo tienes para "unporsiacaso", ;D. Abrazos.

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  10. A mí también me gusta equivocarme para bien y también sospecho de gente famosa o conocida que publica. En el caso de periodistas menos que de presentadores de televisión o actores, la verdad. Acabo de leer otro libro de vecinos y éste no me llama mucho. Me alegro de tu descubrimiento.
    Un abrazo

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    1. Bueno, Norah, ya sabes, nunca sabes dónde va a estar la sorpresa; Abrazos.

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  11. Para mi también fue una sorpresa agradable.

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    1. Tu reseña fue una de las que me ayudó a decidirme. Abrazos.

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  12. Hay equivocaciones que merecen la pena :) Le tengo echado el ojo ya, no sólo por mi lado cotilla, sino porque las sensaciones previas son buenas, sin altas expectativas pero sí de disfrutarlo.

    Un abrazo

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    1. Exacto, se disfruta. Diría que me resultó agradable ^_^. Abrazos.

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  13. Suena a "La colmena" de Cela, también con micro historias urbanas entrelazadas. No lo he leído, pero apetece, porque es cierto que todos tenemos un ramalazo cotilla. Me encantan tus comentarios porque tienen siempre un toque personal. Se ve cómo disfrutas de cada libro. Gracias.

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    1. Uf, habría que salvar muchas distancias, pero sí es una novela coral, de muchos personajes. Y gracias a ti por disfrutar con mis entradas. Abrazos.

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  14. Por cierto, dime quien es Carlos del Amor. No tengo el gusto de conocerle.

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    1. Jajaja, pues un periodista que trabaja en rtve y que hacía un programa en La 2 de tipo cultural, muy chulo, si no recuerdo mal :D Abrazos.

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