martes, 5 de agosto de 2014

Capítulos XXX y XXXI: Y don Quijote y su comitiva salen de Sierra Morena

Ya están en marcha. Y también la trama para hacer volver a don Quijote a su casa. No solo veremos la gran inventiva de la guapa Dorotea sobre la pérdida de su reino en manos del gigante Pandáfilo de la Fosca Vista (se las trae el nombrecito, por muy bizco que fuera el Pándafilo ese), siguiendo bastante fielmente las líneas de los libros de caballería, sino también algunos de los más brillantes diálogos entre don Quijote y Sancho, en los que he encontrado el mejor retrato de las personalidades de cada uno: de la locura y sentido del honor de nuestro caballero y de la ignorancia y sentido práctico de la vida de su escudero. 
   Si me he reído con las locuras del caballero:
" -¿Qué te parece, Sancho amigo? -dijo a este punto don Quijote-. ¿No oyes lo que pasa? ¿No te lo dije yo? Mira si tenemos ya reino que mandar y reina con quien casar".  

   También me he emocionado con su sentido del honor:
"(...) y así, de nuevo confirmo el don que os he prometido, y juro de ir con vos al cabo del mundo, hasta verme con el fiero enemigo vuestro, a quien pienso, con el ayuda de Dios y de mi brazo, tajar la cabeza soberbia (...)".

   Mientras, nuestro amigo Sancho se retuerce de desesperación ante tanta honorabilidad de su amo:
"-Voto a mí, y juro a mí, que no tiene vuestra merced, señor don Quijote, cabal juicio. Pues, ¿cómo es posible que pone vuestra merced en duda el casarse con tan alta princesa como aquésta? ¿Piensa que le ha de ofrecer la fortuna, tras cada cantillo, semejante ventura como la que ahora se le ofrece? ¿Es, por dicha, más hermosa mi señora Dulcinea? No, por cierto, ni aun con la mitad, y aun estoy por decir que no llega a su zapato de la que está delante. Así, noramala alcanzaré yo el condado que espero, si vuestra merced se anda a pedir cotufas en el golfo. Cásese, cásese luego, encomiéndole yo a Satanás, y tome ese reino que se le viene a las manos de vobis, vobis, y, en siendo rey, hágame marqués o adelantado, y luego, siquiera se lo lleve el diablo todo".

   ¡Claro! La que se lía a continuación es menuda, un dos de mayo, palo va y palo viene. Pero no llega la sangre al río. Al final, con la intercesión del resto de la "pandi", los dos amigos hacen las paces y entablan una de las conversaciones más estupendas de la novela, y mira que las hay, pero en esta se perfilan los sentimientos y pensamientos de cada uno de ellos, sus formas de ser y de entender la vida. A partir de aquí, cada uno irá cambiando, aprendiendo y evolucionando hasta el otro, hasta casi parecerse. 
   Y la genialidad sigue en el capítulo XXXI donde encontraremos una de las mejores conversaciones entre el que quiere engañar y el que quiere ser engañado: Sancho le explica a don Quijote cómo entregó la carta a Dulcinea y cómo reaccionó esta, y don Quijote le da la vuelta a todo, como a un calcetín, para sacar a relucir las virtudes de "la sin par". Simplemente genial. No os los perdáis.

P.D.: He incluido dos capítulos porque faltaré a mi cita la próxima semana, "por circunstancias ajenas a mi voluntad". Pido disculpas, y sé que me os encontraré a mi vuelta. 

6 comentarios:

  1. Aquí estaremos a tu vuelta. Pero... ¿cuánto dura El Quijote?
    Besos.

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  2. Echaremos de menos la entrada semanal de don Quijote y sus aventuras, pero por aquí seguiremos para leerte a la vuelta.
    Besos.

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  3. Con esto de las vacaciones llevo unos cuantos capítulos de retraso, a ver cuándo puedo ponerme al día.
    Besos.

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    Respuestas
    1. Seguro que pronto le echas el lazo y te actualizas :D. Abrazos

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