jueves, 5 de junio de 2014

Aprender, siempre aprender

A veces me asusta mi ignorancia. ¡Bueno! En realidad, me angustia más que asustarme, porque tengo la sensación de que cada vez hay más cosas por aprender y no tengo tiempo suficiente para aprenderlas todas.
  Acaba de fallarse el Premio Príncipe de Asturias de las Letras que ha recaído en John Banville; yo acabo de leer esta noticia hace apenas unos minutos y mi estómago acaba de ponerse tenso. ¿Quién es John Banville? Leo un poco sobre su obra: Irlanda, humor, historias de misterio. ¿Cómo es posible que no lo conociera? Empecé a navegar por Internet y, efectivamente, era alguien a quien merecía la pena conocer.
   Cada vez llevo peor lo de mis lagunas, cada vez mi sensación de perderme cosas importantes es mayor y, cada vez, mi angustia a no poder abarcar todo lo que quisiera es más grande. ¿Cómo ponerle remedio?
   Cuando era pequeña, mi enciclopedia particular era mi madre y el Espasa, uno antiguo de pastas duras y azules, con las letras doradas y unas hojas suaves y finísimas que me encantaba pasar con dos dedos. De adolescente, algunos de mis profes de instituto y, sobre todo, la radio ocupaban ese espacio, aunque por aquel entonces, lo que más aprendía era sobre música y sobre las andanzas de los músicos, ¡qué queréis!, estaba en plena edad del pavo. Mientras, mi madre, que no me quitaba ojo, me colaba sus revistas de Círculo de Lectores para que no perdiera del todo el horizonte.
   Todo cambió al llegar a la universidad. Entonces me consideré dentro de un mundo privilegiado, en donde podría aprender todo, saber más que nadie y descubrir cosas que nadie había descubierto hasta entonces, ya sabéis lo que es la juventud. En aquellos momentos, mis fuentes de sabiduría eran los periódicos, las conferencias universitarias, algunos programas de radio y las bibliotecas, a las que saqué todo su jugo, más allá de necesitarlas para los estudios. Pero entonces tenía todo el tiempo del mundo.
   Después todo cambió; había que luchar. Empezaron los maratones para buscar trabajo, las prácticas para llenar currículos, los cursos para completar conocimientos, y mi necesidad de saber de todo se redujo a saber cómo sobrevivir, así que mis inquietudes intelectualoides tuvieron que esperar durante unos años. Pero ese gusanillo inquieto, esa necesidad de saber de todo no disminuía, no se paraba. Me tenía que conformar con la televisión y con algún periódico de fin de semana. Hasta que caí en manos de la radio y descubrí todo lo que me podía ofrecer.
   Luego, el tiempo fue pasando, llegaron muchos cambios y tuve que adaptarme, o intentarlo. Y vino Internet. Y todo el conocimiento se presentó ante mí, y la sensación de vértigo y de nerviosismo ante todo lo que podía aprender se instaló en mi estómago definitivamente. Allí estaba el todo y la nada porque, al lado del saber de quienes eran profesionales, estaba la ignorancia de los que inventaban o difundían "leyendas urbanas". Podía aprenderlo todo o no aprender nada. Era el momento de empezar a navegar por la red y aprender, siempre aprender.
   Creo que, sin la magia de aquellas páginas satinadas del Espasa de 1957, Internet tiene otra bien distinta: el poder de llegar a todas partes, de presentarme a todo el mundo. Así que, con vuestro permiso, voy a conocer a John Banville que debo seguir aprendiendo.

33 comentarios:

  1. Yo tampoco lo conocía. Me ha gustado tu reflexión. Aunque no puedo negar el encanto de las páginas donde buscabamos internet me parece una herramienta insuperable.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo estaría perdida sin Internet, pero nada como hojear un libro. Me consuela no ser la único desconocedora. ;D. Abrazos.

      Eliminar
  2. Yo tampoco conocía a Banville, pero tampoco es que ahora tenga unas ganas enormes de conocerlo. Es algo que me ha costado aprender, y que creo que es algo que no se puede aprender con 20 años. Cuando eres joven te parece que tienes toda la vida por delante, tienes entonces un alma de cántaro por llenar y piensas que es inagotable. Luego, cuando la curva de la vida toma la dirección contraria y te haces consciente de tus propios límites aprendes a priorizar. Y yo, si te digo la verdad, prefiero releer esos libros que siempre me han fascinado y que no dejan de sorprenderme, que ir buscando nuevos talentos. De vez en cuando lo hago, que conste, pero no se puede abarcar todo, así que seguiré en lo mío...
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues muy bien que haces, cada uno tiene que conocer sus prioridades. Abrazos Rubén.

      Eliminar
  3. Qué bonita reflexión. Yo sí conozco a Banville, porque en mi círculo familiar más cercano (bueno, mi padre, vaya, jeje) es ferviente admirador suyo, tanto en su faceta "real" como en la del "seudónimo". De todas formas, he de reconocer que no he leído nada suyo, y no es por falta de curiosidad, no; pero esa angustia de la que hablas también me entra de vez en cuando, y entonces me encojo de hombros, y me digo, "bueno, no doy para más, ya llegará el momento"...

    Internet es una herramienta que da un poco de vértigo, porque es muy fácil perderse entre tanto océano de enlaces y acabar navegando sin rumbo por páginas completamente ajenas a lo que nos habíamos propuesto apre(he)nder en un primer momento. Me encanta internet, pero a veces tengo la sensación de que me ha arruinado por completo la capacidad de concentración.

    Saluditos, y perdón por la parrafada, se ve que tenía las teclas sueltas hoy ;-).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Dichoso tu padre, imagino que estará contento con el premio. Yo intentaré ir conociéndolo poco a poco. ¿Me aconsejas algún título en especial? Abrazos.

      Eliminar
    2. Pues no tengo mucha idea de sus títulos, pero voy a ver a mi padre en unos días, así que ya le preguntaré a él a ver qué me recomienda, que de su criterio me fío mucho :-).

      Eliminar
  4. Yo sabía quién era, pero desde que estoy en la blogosfera, y no desde el comienzo ni nada, pero vamos, que lagunas tengo para dar y regalar, y mientras más aprendo, más cosas nuevas se ponen en lista de espera. Faltan vidas :-P Un besote!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, voy a tener que hacer un trato con el Altísimo a ver si me deja tirar de reencarnación, porque si no... ;D. Abrazos.

      Eliminar
  5. Yo tampoco conocía a este autor, ni a éste ni a muchos otros que reciben premios y yo me quedo con mi cara de "qué ignorante soy" pero si te digo la verdad, tampoco me preocupa, lo importante es precisamente tener esa consciencia de que aún nos queda mucho por aprender y no dormirnos en los laureles.
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es verdad. Creo que el auténtico inculto es el que se piensa que ya lo sabe todo. Así que, seguiré aprendiendo todo lo que pueda. Abrazos.

      Eliminar
  6. Yo conocía al autor porque hace unos meses le dieron el premio Leteo aquí en León y vino a recogerlo, aunque cuando anunciaron que era el ganador tampoco tenía ni idea de quien era :) Saberlo todo es imposible así que siempre nos quedará la sensación de que hay cosas nuevas por aprender, aunque eso también es positivo
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es evidente que no se puede saber todo, pero tener esa sensación de que la laguna es cada vez mayor me molesta mucho. En fin, tendré que empezar a priorizar y a seleccionar. Abrazos Tatty.

      Eliminar
  7. Me encantaba tener la mesa llena de enciclopedias cuando hacía trabajos. Eso sí, te eternizabas buscando la información que podía servir para rellenar unas líneas. Es mucho más fácil y rápido con un simple click, pero pierde gracia y emoción.
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya lo creo que es más fácil, si me hubiera pillado a mí en la universidad. Pero esas tardes de biblioteca, preparando los trabajos de curso, con esos pinchitos de tortilla a media tarde para resistir hasta el cierre, y esos libros con solera, manoseados por tantos estudiantes antes que yo, jejeje, eso no tiene precio. Abrazos.

      Eliminar
  8. Ese abismo de no llegar lo pasamos todos, a veces angustia, otras agota pero siempre enriquece conocer. En casa teníamos también Espasa, no de pasta azul ... un resuelve dudas como pocos. Respecto al fallo del premio, esta vez me ha pillado por sorpresa porque con Banville sí he tenido dos lecturas (Antigua luz y El mar), me falta conocerlo en su faceta de Benjamin Black. Bah! esto ha sido casualidad (para mi) que de otros tantos premiados no leí nada.
    Una entrada estupenda!!!
    Un besote

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Marilú. Agotada ando últimamente e intentando enriquecerme, al mismo tiempo. Como me viene pasando a menudo en esto de los premios, corro a ponerme al día, así que tomo nota de los títulos que me das. Abrazos.

      Eliminar
  9. ¡Qué bueno tu artículo! Yo tampoco conozco a Banville. Me da igual, la verdad. Muchas veces esos premios son para gente muy minoritaria. Parece que ser bueno es que te lean cuatro gatos. En fin... hablo por hablar. Como no le conozco. Ya nos contarás si te gustan sus libros.
    Besos.

    ResponderEliminar
  10. ¡Qué bueno tu artículo! Yo tampoco conozco a Banville. Me da igual, la verdad. Muchas veces esos premios son para gente muy minoritaria. Parece que ser bueno es que te lean cuatro gatos. En fin... hablo por hablar. Como no le conozco. Ya nos contarás si te gustan sus libros.
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Os contesto a las dos, ;D, jejeje y os digo que en esto, como en todo, siempre se cuela un poco el esnobismo de rigor, pero lo poco que he visto por la red me ha gustado, todo sea que luego cambie de opinión. Sea como fuere, sobre gustos no hay nada escrito, nunca mejor dicho. Abrazos.

      Eliminar
  11. Qué precioso recorrido por las fuentes de tu aprendizaje... Mi primer fuente fue mi padre, absolutamente. Cuando esa fuente se cerró me busqué la vida, como culo inquieto que soy nunca he dejado de buscar. Internet, qué duda cabe es la repanocha, aunque tiene efectos secundarios que a mí me mosquean un poco. No me da miedo ni me asusta tanto por aprender, tanto por leer... siempre me he sentido cómoda en el papel de aprendiz porque mantiene mi mente más despierta y alerta y mi espíritu más humilde :P
    besos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cuanta razón llevas: ser consciente de cuánto ignoro me da una colleja de humildad bastante a menudo. También a mí me cabrea mucho de lo que veo por Internet, pero ¡Qué se le va a hacer! A seguir sintiendo vértigo por aprender, ;D. Abrazos.

      Eliminar
  12. Mereces una aplauso nasa más que por el título del post. Besos

    ResponderEliminar
  13. Yo lo conocía de nombre porque me lo recomendó un amigo ("Antigua luz", en concreto), pero todavía no me he enfrentado a él y eso que me resulta apetecible. La faceta de Benjamin Black la desconocía por completo.
    Las enciclopedias, qué grandes compañeras de colegio... Aún guardo en casa de mi madre la que me compró mi padre, de niña: "El tesoro de la juventud". Recuerdo pasar una y otra vez sus páginas, embebida en las historias que se desplegaban por ellas. Ay, nostalgia.
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, la nostalgia no siempre es buena compañera, pero hay que vivir con ella, ;D. Sigamos aprendiendo para seguir recordando cosas. Besotes.

      Eliminar
  14. Yo he leído a Banville y a su Benjamin Black, y me gusta... pero no me emociona
    Internet es una gran herramienta
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Mientras. Creo que el premio merece una lectura del señor Banville. Espero poder contar pronto mi experiencia. Abrazos.

      Eliminar
  15. Pues imaginate si encima eres tan mala para los nombres como yo!!! Siempre me quedo con cara de... Ajá, claro, si, claro.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jejeje, conozco esa cara, ;D. Bueno, intentaremos ponerle remedio. Abrazos.

      Eliminar
  16. Marisa como tan bien dices: aprender, siempre aprender. Yo acabo de salir de la etapa universitaria para adentrarme en la incertidumbre del mundo laboral. Pero si algo permanece inmutable, son mis ganas de aprender. De todo y a través de todos los soportes.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues te deseo mucha suerte y muchas ganas. Seguro que esas ganas de aprender te llevarán lejos, :D. Abrazos.

      Eliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...