domingo, 23 de marzo de 2014

Una excursión al pasado

Edificio palacial
Pasear entre ruinas no es algo que todo el mundo entienda. A muchos les parecerá increíble que se pueda disfrutar de edificios derruidos o simplemente trazados en el suelo con algunos pequeños muros y algunos restos de antiguas habitaciones. A otros les resultará ridículo pretender ver algo más que un grupo de piedras y ladrillos. Sin embargo, yo que soy incapaz de saber cómo quedarán la mesa y las sillas que acabo de comprar, o dónde poner la dichosa mesita con la lámpara art déco, me encanta imaginar las tres dimensiones de la planta de un antiguo edificio, el perímetro marcado por antiguas columnas de mármol o las dimensiones reales de un patio al que se abrirían diferentes salas. Eso es lo que estuve haciendo ayer, imaginar, construir mentalmente y viajar al pasado, cargada con una mochila, la cámara de fotos y algo de frío.
Casa de Mamerto

   Y es que el día no acompañaba en absoluto. El cielo estaba plomizo, a veces chispeaba, luego salía el sol, pero siempre soplaba el viento. Todo esto en medio de un paraje solitario, cruzado por el río Guadarrama y delimitado por una pequeña valla metálica. En el parque arqueológico de Carranque, me esperaban los restos de una antigua villa romana, rica por su actividad en la producción de vino y aceite y, ahora, magnífica por sus mosaicos. Solo tenía que caminar muy despacio para empaparme bien de lo que había sido aquella villa; pararme el tiempo suficiente en cada construcción para imaginarme sus muros, sus accesos, sus pavimentos; hacer fotos que retuviesen en mi cabeza el lugar que estuvo ocupado, hace siglos, por los "tardo-romanos" del siglo IV d. C.; y disfrutar, disfrutar mucho de lo que otros hicieron antes.
   
Mosaico
Así que empecé mi visita. Recorrí los restos palaciegos entre altas columnas de mármol y restos de una gran construcción que se recortaba en un cielo completamente gris. Mis fotos de lo que fueran las antiguas estancias estaban apagadas, pero me daba igual, estaba disfrutando de lo lindo visitando el corredor del recinto. Después, siguiendo los pasos marcados por el propio parque, llegué hasta el mausoleo, siendo capaz de retener en mi cabeza la pequeña maqueta que había visto minutos antes, y mirando ahora atentamente la planta que habían dejado los años. Y finalmente, se acercaba el momento de la verdad, la casa, la residencia, los excelentes mosaicos que me habían hecho ir hasta allí.
   No tenía que llamar, la puerta estaba abierta, la planta me recibía llena de colores, de escenas mitológicas increíbles, de dimensiones que todos quisiéramos para nuestro pisito. Una pasarela me dejaba recorrer poco a poco el perímetro de la vivienda, me permitía detenerme en la cocina y pasar después al comedor, bordear el jardín central y llegar al gran salón, y seguir después por las otras habitaciones hasta volver a la entrada. Después, afuera, estaba el campo, el río con sus árboles y un poco de sol para acompañarme. Desde allí, volví paseando tranquilamente, tratando de retener en mis ojos todo lo que había visto, porque no confiaba en la cámara de fotos. Esta no te retrata las sensaciones, ni fija la boca abierta durante todo el recorrido. Eso era algo que solo yo podía retener.
   ¿Qué libro releería al llegar a casa? Seguramente Sonnica la cortesana, de Blasco Ibañez. Es verdad que no correspondía ni a aquel lugar ni, exactamente, a aquel momento, pero había tanto de la vida, las costumbres y la mentalidad romanas en ese libro que necesitaba acercarme a él para saborear un poco más mi excursión al pasado. 

33 comentarios:

  1. La temática romana no es mi fuerte en literatura aunque últimamente hay tanto que pica la curiosidad. A mí me cuesta hacer ese ejercicio de imaginación en especial si quedan pocos rastros, si hay más pistas me sale mejor y disfruto más.
    Abrazos.

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    1. Hace siglos que leí esta novela. Ahora me ha venido a la mente por culpa de estas ruinas. Yo tengo demasiada imaginación para ciertas cosas y, en estos casos, mi imaginación vuela sola, :D. Abrazos.

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  2. No eres la única que disfruta con estas cosas, por supuesto, pero sí que es cierto que estas "cosas" son para románticos. Este es mi pasatiempo los fines de semana, ya sea un monasterio, una pequeña ermita o cualquier tipo de resto arqueológico. Estoy pendiente de ver la villa de Arellano en Navarra. España es muy rica en restos romanos, más que Francia por ejemplo, conservamos puentes, acueductos, calzadas, villas... sin fin. Las villas servían para estructurar la producción en el campo, y en la Edad Media, aunque parezca difícil de creer, sus sutitutos fueron los monasterios.
    Saludos y Buen finde

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    1. Hola Rubén. A mí me gustó encontrarme con familias que llevaban a los niños a conocer aquello y que se paseaban por allí como por un parque más. Puede ser un primer paso. Buen finde. Abrazos.

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  3. Conozco muy poco de la cultura romana, pero no me disgusta para nada. Cuando estuve en Mérida hace unos meses, digamos que me "reconcilié" con un arte que tenía olvidado. Me llama mucho la atención la perfección de los mosaicos, la policromía de su arte, pero sobre todo, lo que más me descoloca es el sistema de calefacción tan " moderno" que tenían. De verdad, me impresiona esa cultura. Lástima que en algunos aspectos estemos por debajo de ellos. Tengo pendiente un viaje a Pompeya y la relectura de " Los últimos días de Pompeya".
    Besos.

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    1. Pompeya es algo increíble; todo el mundo debería conocerlo. Lee primera la novela para poder pasear por los mismos sitios que sus protagonistas. Abrazos.

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  4. El libro no lo conocía, pero sí tengo que decirte que tienes que venirte a Mérida, jeje. A mí la vida de los romanos me ha gustado siempre conocerla especialmente por algunas películas, aunque libros sobre el tema he leído pocos.
    Besitos.

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    1. Ya he estado en Mérida, y he visitado su museo, pero me supo a poco, tengo que volver con calma. Abrazos.

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    2. Merida es una joya que siempre pide, una y otra visita... una y otra vez... :-)
      Y desde luego que merece la pena también asistir a su Festival de Teatro Clásico porque la famosa coletilla de "marco-incomparable"... en este caso, sí que se aplica.

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  5. Me gusta pasear entre ruinas y me gusta la temática romana en literatura, por lo que tu entrada me ha parecido de lo más interesante. 1beso!

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  6. Te entiendo perfectamente porque a mí me pasa lo mismo, me encanta andar entre ruinas de otras épocas e imaginar cómo fueron en su momento. Me sorprende lo bien conservado que está el mosaico y las dimensiones del lugar.
    Lo anoto por si algún día me acerco a Toledo.
    Un besín y a disfrutar de la relectura.

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    1. Estupendo Samarkanda. Seguro que no te arrepentirás. Abrazos.

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  7. A mí me encantan las visitas a las ruinas de otras épocas y en concreto las romanas son de las que más, siempre que viajo intento localizar si en mi itenario hay alguna y visitarlas, me parecen fascinantes
    Besos

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    1. Ya lo creo. ¿Hay algo mejor que una buena casa romana para pasar el veranito? ;D. Abrazos.

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  8. Hace muy poquito disfruté de un paseo en un entorno similar al que nos traes hoy y que tengo al lado de casa: Complutum. Como a ti, me fascina pasear entre ruinas y dejar volar la imaginación. Besos.

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    1. ¿Te puedes creer que no conozco Complutum? Y lo tengo a tiro de piedra. No tengo perdón, lo sé. Pero espero poner remedio. Abrazos.

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    2. Si, anímate a visitar Complutum porque merece la pena, aunque no sea muy grande, la conservación y la instalación que han hecho para proteger los restos ayuda mucho a recrear la época y el ambiente... como a ti te gusta. :-)

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  9. Qué paseo más provechoso. Yo, como soy una soñadora empedernida y me encantan estas cosas, te hubiera acompañado encantada, y allí me hubiera puesto contigo a imaginar y a reconstruir mentalmente.
    La temática romana en literatura y en cine me atrae bastante. De hecho, tengo pendientes algunos libros sobre el tema. ¡A ver cuándo me los leo todos!
    Besos.

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    1. Jajaja, menudo par de dos estamos hechas, soñando entre piedras. Yo también tengo ganas de leer algo de temática romana; este de Blasco Ibáñez solo lo ojea un momento y me detuve en algunas páginas. Quizás vuelva de nuevo a leerlo entero. Abrazos.

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  10. Un día muy productivo, sin duda, a mi me encanta visitar esos lugares, y dejo volar la imaginación, soy de las tuyas. Un paseo, una lectura y un día muy especial. Un beso!

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    1. Gracias Meg. De vez en cuando, un día muy especial es muy necesario, :D. Abrazos.

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  11. Buenísima elección!!.
    El Parque Arqueológico de Carranque merece la pena ser visitado (no en verano... si no quieres acabar achicharrada por el sol mesetario...je, je..) Me impresionaron los mosaicos y también me gustó mucho lo "pedagógica" que es la organización del parque... incluso puedes optar por visitas guiadas, aunque éstas, te dan información ... quitándote esas magia que tiene la visita de enclaves arqueológicos (no ruinas, no...) en plan vagabundeo.
    No conozco la novela de Blasco Ibáñez que menciones pero sí que leí hace tiempo "Los últimos días de Pompeya" y me gustó bastante ¿un poco densa, quizá?
    Ánimo con esos "descubrimientos históricos" que la primavera se presta a ellos!!
    ich

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    1. Pues yo lo había visitado ya en verano, una noche de luna llena, para asistir a un concierto de música clásica, al aire libre. La visita de las ruinas, en aquella ocasión, fue toda una experiencia. Besos.

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    2. Ya lo creo que tuvo que ser toda una experiencia!... La noche les da una magia especial a los sitios..
      Un besazo.

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  12. A mí también me gusta visitar ruinas cuando tengo oportunidad. Muy interesante esta entrada.
    Te he nominado a un premio en mi blog:)
    Besos

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  13. Adoro los viajes en el tiempo: ruinas, libros, evocaciones, música... Este paseo tuyo lo hubiese yo también disfrutado mucho, mucho...
    Besines,

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  14. A mi, como a ti, me encanta pasear entre ruinas, me parece fascinante. Por suerte en mi ciudad de eso no nos falta!
    Besos

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    1. Jo, qué suerte tienes. Disfrútalo, entonces, ;D. Abrazos.

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  15. Qué evocador :) Te entiendo perfectamente, porque eso de echar a volar la imaginación y visualizar un hipotético pasado a través de unas ruinas también lo hago yo. Qué paseo me has hecho dar y qué bien me ha venido en este preciso momento, tanto que casi no me arrepiento de haber tardado en leerte.
    Besucos.

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    1. Jajaja, me alegro de haberte servido de "evasión" un ratito, ;D. Abrazos.

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