jueves, 15 de agosto de 2013

Un inciso: perdida sin libros

Cuando preparé mi maleta para venirme a la playa cometí el error de tirar de eBook, más concretamente el de mi madre (a la que no sólo "sustraigo" libros de su biblioteca particular sino también de la digital ¡No sé puede caer más bajo!). El caso es que pensé que con tres libros bastante "tochos" tenía más que suficiente para cubrir mi estancia playera. Pero... "nasti de plasti", me los he merendado en menos de un mes y ahora estoy más perdida que Carracuca (un señor al que mi abuela mencionaba a menudo y que, lamento decirlo, no tengo ni la más mínima idea de quién fue).

   Después de acabar con mis libros al uso, es decir, papel, cubierta y pegamento, me lancé a por esa maravilla de la tecnología que son los libros electrónicos. Pensé que mi madre tendría la "biblioteca virtual" bien llenita de cosas y, ¡mira tú por donde!, la mayoría ya los había leído, otros estaban en inglés (bajo el sol de agosto y el olor a bronceador de la sombrilla de al lado, me niego a martirizar a las neuronas con una lectura en inglés) y otros eran relatos breves que no terminaban de llenarme, me sabían a poco.
   Así que, como pollo sin cabeza, pasaba de uno a otro y de otro a uno, sin conseguir encontrar la lectura que me aliviara los últimos días de "veraneo" (¡Qué bonita palabra!). De repente me topé con unos pequeños relatos de Jane Austen, unos escritos de juventud bastante interesantes presentados como cartas, escritas por los protagonistas a sus conocidos, a través de los cuales, conocemos, de forma muy sarcástica, muchas de las "particulares" costumbres y hábitos de su época. Algunos han conseguido engancharme como Lady Susan, retrato divertido e irónico de una aburrida dama de la alta sociedad entretenida en enredar y comprobar hasta dónde llega su poder de seducción.

   En fin, como "intermedio" hasta encontrar el próximo libro (en papel, senza dubbio) que me exija el uso de toda mi materia gris, creo que estos relatos son más que relajantes y balsámicos.
   Y sin nada más que añadir hasta la puesta en marcha nuevamente de la rutina habitual, me despido. Feliz verano.

1 comentario:

  1. Después de que mi hada madrina bloguera leyera este post se me apareció con un libro nuevo entre las manos para sofocar esta angustia mía. Y ahora, es lo que leo. Gracias a ella y a mi hermano por "traérmela".

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